Por Salma Miranda
Desde el pasado 3 de febrero se lleva a cabo la Temporada de Danza Contemporánea de Conarte Nuevo León (México), con sede en el Teatro del Centro de las Artes, en el interior del Parque Fundidora. Durante esta temporada varios grupos locales presentan su trabajo: Mestizos Crew, Luna Creciente, Teoría de Gravedad, Sáasil, Fugite, Voces en Movimiento, Danza Lobo, Pájaro Arte Escénico, Danza Chaires, Hybrido, Encontrados Danza, Compañía Sunny Savoy, Expectante, Daniel Luis y Cuerpo Etéreo Danza Contemporánea.
Desde el inicio se han visto propuestas muy distintas entre sí, por lo que la temporada se podría caracterizar no por tener un estilo definido, sino por reunir a los grupos que se dedican profesionalmente a la danza contemporánea en nuestro estado.
Esto tiene sus pros y contras. Por las opiniones que he escuchado del público en general, lo cierto es que a veces no es muy claro para quien ve la publicidad lo que se puede esperar al sentarse en una butaca. Al tener cierta imagen publicitaria, por ejemplo, en el caso de la edición de este año, en el que se aprecia a una bailarina saltando con un buen nivel técnico, la gente puede imaginar un trabajo muy distinto al que termina viendo, ya sea porque te topaste con un trabajo de performance en el que no vas a ver grandes movimientos dancísticos, o en el peor de los casos, porque hay intérpretes deficientes. Entonces sería lo más recomendable que si estás planeando ir a ver una función que investigues un poco del grupo que se va a presentar.
Si bien no se hacen apartados para clasificar la temporada (por ejemplo un fin de semana de trabajos de performance, uno de danza teatro, otro de danza convencional, etcétera) es porque no son suficientes las propuestas profesionales o porque la organización no da para hacerlo. ¿Por qué? Una de las razones es que hay un desbalance notorio en cuanto a calidad y experiencia de los grupos que se presentan, tanto en los recientes como en los de larga trayectoria, entonces sería preciso otorgar los espacios acordes al nivel de trabajo: a los que tengan propuestas de calidad que tengan acceso a grandes eventos y espacios oficiales con temporadas más largas y a los que no, como en cualquier cosa, hay que ganarse el terreno.
La realidad es que poca gente asiste. En algunos casos, cuando vamos a una función de danza contemporánea presenciamos trabajos de baja calidad, sin suficiente sustento creativo ni compositivo, con insuficiente investigación corporal. Es ahí donde los supuestos artistas utilizan recursos que ni siquiera tienen desarrollo: leemos grandes textos poéticos como sinopsis que no se reflejan para nada a la hora de ver la obra, o, al contrario, danzas muy virtuosas pero vacías de lenguaje o sentido propios. Por otra parte, la realidad también es que no siempre se puede dar gusto a todos, pero eso no significa que no deba ser un trabajo de calidad en todos los sentidos.
Hasta ahora hemos visto algunas obras buenas, el hecho es que existe en la ciudad potencial de intérpretes, creativos y de público, la tarea es hacerlas posibles teniendo la suficiente responsabilidad y profesionalización necesarias, así como una eficaz difusión de los eventos culturales.