Para que los artistas dejemos de subir nuestra música en plataformas digitales como Spotify, la gente tendría que dejar de usarlas primeramente. Nosotros ponemos nuestra música donde pueda ser escuchada y donde se concentre la atención de un público dispuesto a escuchar propuestas musicales. Para eso las personas tendrían que regresar a escuchar música en formato físico y a dejar de hacerlo en sus teléfonos. Complicado, ¿no?
Para muchos de nosotros la situación también es muy complicada porque no estamos de acuerdo con su funcionamiento, pero es el escaparate que tenemos para mostrar nuestro trabajo. A fin de cuentas es lo que la gente tiene para escuchar música. Ya no escuchan en formatos físicos y, peor aún, no hay dispositivos en precios accesibles para escucharlos. Estamos empujados a tener que usarlas si queremos «existir» en el panorama musical, por más indie que sea la condición. Simplemente, todas las convocatorias a estímulos, festivales online, productoras y demás, te piden como requisito que anexes los «links» donde te puedan escuchar, y se fijan en la cantidad de oyentes que tienes.
Dicen: dejen de subir su música a Spotify. Es muy fácil decirlo cuando para nosotros de ahí depende que seamos escuchados.
Dicen: dejen de subir su música a Spotify. Es muy fácil decirlo cuando para nosotros de ahí depende que seamos escuchados. Claro, la situación para aquellos artistas de renombre es distinta. Hay quien sí se pueden dar ese lujo. Otros tenemos que acoplarnos aunque no por eso olvidemos que nos están fregando.
Pienso que el problema no son las plataformas en sí, sino quienes las manejan. Salvo Bandcamp, ninguna de las otras plataformas ha entendido una ecuación básica: Sin plataformas la música sigue existiendo; sin música las plataformas no existen. Además, hay algo más preocupante: quienes dirigen estas plataformas están queriendo cambiar la naturaleza de la música de un modo terrible; quieren que se haga música para una plataforma o para un algoritmo y no para la gente o por necesidad creativa. Lo preocupante es que hay artistas, sobre todo de generaciones más jóvenes , que están dispuestos a hacerlo, y de hecho ya lo están haciendo.
¿Quieren que dejemos de subir nuestra música a Spotify o a otras plataformas? Dejen de usarlas como escuchas y verán que la música desaparecerá de ahí.