Después de quemar su propio laboratorio durante un intento de crear un dispositivo que le permitiría al usuario pasar a través de la materia sólida, el brillante pero joven científico Tony Nelson aparece en el laboratorio de su hermano mayor Scott en busca de ayuda. El igualmente brillante anciano Scott Nelson, quien está en el proceso de perfeccionar un metal que es prácticamente impenetrable decide ayudarlo contratandolo como como asistente. Hasta ahí todo bien, pero con el tiempo la estabilidad mental y emocional de Scott se tambalea luego de que su patrocinador le roba el crédito del súper metal, así que en su locura y amargura irrumpe en el casillero de su hermanito y roba el experimento con la esperanza de desacreditar a su antiguo socio. Después de todo, no es de mucha utilidad inventar un metal impenetrable si tu hermano inventa una máquina que puede atravesarlo todo. El problema viene después, pero para qué les cuento, The 4D Man (Irvin S. Yeaworth, 1959) nos plantea algo sumamente complejo, ¿cómo detienes a alguien que ni siquiera puedes tocar?
El Hombre de la Cuarta Dimensión es un pequeño clásico extraído de las mismas mentes que lanzaron el famoso filme La Mancha Voraz (1958), que si bien no tuvo el mismo éxito no deja de ser una película contundente y sumamente original.
Una de las primeras reacciones que me dejó esta cinta es que las morras son unas cabronas que traicionan, neta. Al ver el extraño triángulo amoroso que se desenvuelve en la película es imposible creer que Lee Merriwether, conocida mundialmente como la Gatúbela de la serie Batman (1966) sea la heroína. Amigos, amigas, amigx, es una hija de la chingada que provoca todo el drama del filme, y la odio pero la amo. Y bueno, aún siendo políticamente incorrecto y estando plagado de algunas situaciones y diálogos extremadamente bizarros, el triángulo amoroso no está tan terriblemente escrito como se podría pensar. No es que sea creíble o que nos pongamos de parte de alguno de los personajes, pero el argumento es bastante decente. En todo caso es un asunto de coherencia en la meta del científico: Él quería penetrar objetos y el objeto que se le interpuso en el camino ahora es… ¡la novia de su hermano!
Está cabrón.
Los efectos especiales están muy decentes, hasta buenos, podría decirles. El relato toma influencias del cine de vampiros, por ejemplo, cada vez que Robert Lansing usa su poder envejece y debe absorber energía de sus víctimas para mantenerse joven (no se rían), esto lo hace bastante sofisticado para el serie B. El filme tiene un ritmo muy ágil. Lo único que puede medio bajonear el viaje son el montón de referencias científicas (o explicaciones que nadie solicita) sobre la cuarta dimensión y un poco el personaje de Tony por ser totalmente amoral y algunas veces hasta pendejo. Nunca voy a entender qué le vio Gatubela a este cabrón, pero ese es otro tema.
The 4D Man es entretenida y la considero una de esas joyas que se pueden descubrir un viernes por la noche, rodeado de papas fritas, pizza y cerveza. La recomiendo esperando que esta vez me hagan caso y la vean, les aseguro 85 minutos muy bien invertidos.
Best
La secuencia en que Scott descubre su capacidad de atravesar materiales pero queda con la mano incrustada en un lingote de metal.