Minucias de mi última parranda
Sabía que era mejor no salir de casa, pero alguien dentro de mí lo exigía: deshazte del lazo que traes en el gañote y corre agitando el hocico por las praderas. “Pronto no podrás hacerlo más”, pensaba.
Sabía que era mejor no salir de casa, pero alguien dentro de mí lo exigía: deshazte del lazo que traes en el gañote y corre agitando el hocico por las praderas. “Pronto no podrás hacerlo más”, pensaba.