Si estas nuevas películas están diseñadas para los nuevos fans y los viejos no son necesarios, ¿por qué seguir yendo a la premiere? ¿Por qué ayudarles a que los números de taquilla sigan solapando sus errores? Es más, ¿por qué ir al cine a ver algo que te tiene decepcionado?
Por: Guillermo Duke
Con el estreno de la película Solo: A Star Wars Story ya en puerta, nos ponemos a pensar en lo que ocasionó The Last Jedi. Increíble que una propia película de Star Wars hiciera lo que nunca habían logrado los medios, la sociedad, las precuelas, los fanáticos de Star Trek o cualquier otra gran franquicia del entretenimiento: dividir a los fanáticos de la saga de ciencia ficción más importante de la historia del cine, hasta el punto que en medio de esta gran ruptura alguien se atrevió a decir que “estas nuevas películas no están hechas para los viejos fans”.
¡Ouch! Eso dolió. Y mucho.
Entiendo que las historias tienen que renovarse, adecuarse y evolucionar, sin embargo, los personajes sobre los cuales está construida esta franquicia existen y se han mantenido vigentes desde hace 40 años. Los viejos fans entienden que irremediablemente estos personajes tendrían que llegar a su final dentro de la saga, pero esperaban que al menos lo hicieran decorosamente. La manera tan inconsecuente en que se presenta la muerte de Han, Leia “Mary Poppins”, y un Luke sin una transición válida que lo justifique, absolutamente irreconocible y hasta desagradable, que se entrega a su destino final “a control remoto”, han sido algunos de los desacuerdos entre los fanáticos. Algunos se manifiestan satisfechos, otros están profundamente decepcionados, creando una fractura al parecer muy difícil de reparar.
Mark Hamill dijo: “Estoy fundamentalmente en desacuerdo con la manera en que se desarrolló el personaje de Luke”. Después de ver la película es claro que tenía razón, aunque tiempo después se retractó, seguramente por órdenes de su majestad Disney. Este desacuerdo no solo era por la historia tan diferente que hicieron con el personaje, sino porque Luke Skywalker es el papel de su vida y parte importante de su legado como actor. Luke es Mark, la gente lo conoce mundialmente más por ser el último Maestro Jedi, que por ser Mark Hamill. Para las nuevas generaciones es sólo un personaje más, y uno con poco carisma, si he de agregar. No hay ningún valor extra que lo deje asentado para nuevas historias, como el gran Jedi que enfrentó al Imperio hasta el final. Lamentablemente, incluso es lo contrario.
[perfectpullquote align=»left» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]Al igual que Mark Hamill, los viejos fans han sido desconsiderados e ignorados por Disney, quien ahora comanda las decisiones de esta gran franquicia.[/perfectpullquote] Y así, al igual que Luke, los viejos fans, esos fanáticos que tienen 40 años protegiendo, siguiendo, y lo más importante, comprando los artículos relacionados con la saga, han sido desconsiderados e ignorados por Disney, quien ahora comanda las decisiones de esta gran franquicia y está más enfocado en atender la agenda política y socio-cultural del momento.
Algunos de los fans de vieja guardia dicen que las películas son buenas y que están más conformes con lo que se hizo, pero son más los que están en desacuerdo, a tal grado de que aparecieron páginas donde pedían desligar The Last Jedi de la saga Skywalker y del canon Star Wars, cosa que, tras ver la reacción que ha tenido Disney a las críticas recientes, jamás va a pasar. Eso sí, han invertido una enorme cantidad de tiempo y recursos en crear una avalancha de declaraciones y publicaciones que mitiguen el descontento y justificar el por qué de los acontecimientos y escenas de la película. Incluso publicaron una imagen del director Rian Johnson, donde se ve un manual Jedi con un texto subrayado, sobre el cual parece haberse inspirado, dando entender que “yo sí sé, y ustedes no”. Llega a ser vergonzoso leer tantas declaraciones, porque inevitablemente uno piensa ¿Qué tan buena puede ser una película que tienes que estar explicando constantemente a los demás?
Si estas nuevas películas están diseñadas para los nuevos fans y los viejos fans no son necesarios, ¿por qué seguir yendo a la premiere? ¿Por qué ayudarles a que los números de taquilla sigan solapando sus errores? Es más, ¿por qué ir al cine a ver algo que te tiene decepcionado?
Si en realidad esta “refrescante” nueva versión de Star Wars está siendo aceptada por nuevas hordas de fans, pues que sean esas hordas las que acudan a la premier, ¿no? Que acampen fuera de los cines y rompan junto Disney esos récords en taquilla y mercancías coleccionables. Sería por demás interesante ver lo que pasa con la franquicia si estos viejos y obsoletos fans dejaran de ir al cine por completo en señal de total desaprobación y así comprobar si la calidad de estas nuevas historias es suficiente para sostener y llevar la franquicia más importante del cine de todos los tiempos hacía nuevos niveles.
Al día de hoy eso luce incierto, sin embargo, ver a los fans, quienes crearon este monumental fenómeno cultural, darle una lección a Disney donde más le duele y ponerle en el camino correcto, sería algo increíble de atestiguar en estos tiempos, algo justo como lo que Star Wars siempre fue: algo sin comparación ni precedentes.