¿Es momento de que más compositores de soundtracks se presenten en Monterrey? Músicos como Hans Zimmer han llegado a Coachella y sus espectáculos no tienen nada que envidiarle a los de Kendrick Lamar, DJ Khaled o Radiohead.
Por: Juan Carlos Reyes
Han pasado diez años desde el estreno de Batman: The Dark Knight y a la vez de su soundtrack, el cual, junto con la actuación de Heath Ledger, es parte fundamental en esta obra, considerada como una de las 5 mejores películas en el último siglo según IMDB. Compuesto principalmente por Hans Zimmer y el desaparecido James Newton Howard, este score fue galardonado con un Grammy (“Best Score Soundtrack for Visual Media)” y un Brit Award (“Best Soundtrack”). El Oscar le fue negado debido a que la Academia lo descalificó por tener demasiados compositores.
Hans Zimmer es quizá uno de los mejores compositores actuales para cine, un club que incluye a Trent Reznor, Alexander Desplant, Jóhan Jóhannsson y Gustavo Santaolalla, entre otros. Dentro de sus principales trabajos podemos encontrar la trilogía de The Dark Knight, The Lion King (que le dio un Oscar), Gladiator, Inception, Interstellar y The Man of Steel.
Su música lo llevó a Coachella en 2017, una de las mayores sorpresas del festival para aquellos que no lo conocían. Dio un espectáculo que nada tiene que envidiarle a los shows de Kendrick Lamar, DJ Khaled o Radiohead. La mayoría de sus canciones no incluyen letras, pero esto no es necesario cuando tienes a 50 artistas sobre el escenario tocando magistralmente temas que nunca pensaste escuchar en vivo, y mejor si es acompañado de Johnny Marr.
Cada vez son más los artistas fuera del gremio cinematográfico que han incursionado en este mundo y de manera muy exitosa, Daft Punk hizo el score de Tron: Legacy, Trent Reznor ganó un Oscar por The Social Network, Johnny Greenwood de Radiohead fue nominado el año pasado por Phantom Thread al igual que Arcade Fire por Her en 2013.
Y es en este punto donde surge la cuestión ¿Deberían presentarse este tipo de espectáculos en Monterrey?
Hace poco tuvimos la oportunidad de recibir en la ciudad a Yann Tiersen, compositor de la banda sonora de Amélie; Tiersen dio un concierto en el Auditorio San Pedro, pero los costos de los boletos rondaban los 2 mil pesos y la publicidad fue poca, por no decir nula. En el en 2008 Ennio Morricone ofreció un concierto en la Arena donde desgraciadamente no se llenó el inmueble. Y en 2017 la Orquesta Sinfónica de la UANL ofreció un concierto con la música de La La Land en el Pabellón M, también con costos elevados.
Si bien la diversidad es parte esencial de los festivales, con el paso de los años hemos visto su evolución, donde cada vez son menos grupos de rock, dando espacio a artistas de reggaetón, hip hop, pop, norteño, música electrónica, e incluso cumbia. Una de las críticas más comunes es que la curaduría siempre incluye a los mismos artistas. Sería interesante tener la participación de artistas como Zimmer, Jose Gonzalez (The Secret Life of Walter Mity) o Justin Hurwitz (Whiplash y La La Land) en alguno de ellos.
Ya sea en solitario o en un festival, traer un acto de ese calibre sería una gran aportación a la oferta cultural en la ciudad. Ojalá algún día algún organizador se atreva a salir de lo convencional para traer un espectáculo así. Mientras tanto, a ahorrar para comprar mis próximos boletos para el siguiente festival en Fase 1.