Esta es una de esas películas que sabes que si logras pasar de los 30 minutos ya lograste el objetivo, a partir de ahí todo será diversión.
Por: Luis Bernal
Quiero comenzar esta madrugada agradeciendo a la gente que lee y comparte esta columna, estos días me di cuenta que hay quien está pasando buenos fines de semana conociendo o re-descubriendo el maravilloso mundo del cine de serie B. Listo.
Vayamos a 1953 y hablemos de Robot Monster (Phil Tucker, 1953), un filme cargado de curiosidades entre las que se encuentran que fue realizado en apenas cuatro días y lo protagonizó George Barrows solamente por una razón: él era el dueño del un disfraz de gorila, sí, ya saben: es mi balón así que uso el 10 y juego de delantero. Esta cinta además fue hecha para 3D y la banda sonora fue obra de Elmer Bernstein, un experimentado y alto pedo en música de cine.
Con un argumento casi idéntico al de Invaders from Mars (1953) y con un montón de escenas de otras películas de serie B como Lost Continent (1951) y Flight to Mars (1951), esta película fue catalogada como unas de las peores jamás filmadas –hagan de cuenta una morra o morro o morri que les gusta un chingo pero en una pantalla y que ustedes son yo– justo porque nos muestra la que quizá sea la invasión extraterrestre más barata de la historia del cine: un invasor básicamente logrado con un traje de gorila y un casco de buzo con antenas, ¡porque todos los extraterrestres deben traer antenas! ¿no?
Total, el alienígena Ro-Man tiene entre sus gorilextraterrestres planes destruir toda la vida del planeta, pero una familia sobrevive gracias al suero que inexplicablemente inventa un científico. Todo está puesto para que acabe con ellos pero, el amor, el amor siempre arruina todo, aún siendo un chango de un planeta random; el monstruo robot se enamora de Alice, la pequeña hija de dicha familia. Cursi. Es curioso pero la cinta de Phil Tucker se convirtió en una obra de culto gracias a su incoherente e inmamable guión, unas actuaciones de risa y los efectos especiales más cagados de la época.
Es una de esas películas que sabes que si logras pasar de los 30 minutos ya lograste el objetivo, a partir de ahí todo será diversión, ya que es probable que sea el extraterrestre con la peor apariencia historia del cine, tanto que resultó ser un producto muy rentable. Por ahí anda un capítulo de El precio de la historia donde venden una figura en miles de dólares. Podría dedicarle un montón de cuartillas a todos los defectos de la película, pero es imposible negar cierta astucia por el hecho de lograr personajes absurdos pero singulares. Para mi gusto, la esencia de este tipo de cine.
Para los amantes del cine de la época y fetichistas del amor bella/bestia será una película entretenida, recuerden que la ciencia ficción apuesta siempre contra las masas pero generalmente gana. Por otro lado cualquiera de las películas de ciencia ficción de aquellos años son estúpidamente más aburridas y están peor hechas que esta, y sin embargo tienen más prestigio. Por esta ocasión les recomiendo algo dulce para verla, no sé, un litro de nieve y root beer.
Best: MTV la reestrenó en el 84, los lentes para 3D había que pedirlos tiempo antes por correo.