“Lying with open eyes, in front of us the dark, sometimes we’re here together. Is it home…?” canta, narra, se pregunta, la tersa voz de Valentina Plasa al comienzo de “Common Ground”. La canción debut de Tristan Tricks (dueto que complementa Michael Klotz) es un paseo, un viaje o una aventura: hay una entrada ─ya que no se sale de viaje sino que se entra al viaje─ que me parece instantáneamente inolvidable, clásica. Después hay mesetas, atmósferas distintas y virajes. Hay cambios y sorpresas, como sucede en un viaje. Un sonido de impronta ochentera que se desintegra en otra cosa más oscura. A modo de faro o sustrato de su estilo, Valentina y Michael han dejado, en su perfil de Spotify, una playlist en la que coexisten They/Live, Bauhaus, Lust For Youth, XTC. La han llamado Tragic optimism y las canciones que la componen, explican, “dan esperanza pese al dolor, la pérdida y el sufrimiento”.
Plasa y Klotz formaron Tristan Tricks tras poner en pausa su anterior proyecto, Candy, que completaban Héctor Villagómez en la batería y Ángel Vargas en guitarra y teclados. Candy, una rareza en la escena independiente mexicana, exploró sonidos y procedimientos del post-punk, con cierta fantasmagoría de sintetizadores, en sus tres discos: Stranger (de 2009, producido por Diablito Records y cantado todo en inglés), Control (producido por Ro Velázquez de Liquits y Joselo Rangel de Café Tacvba) y Atlas (producido por Phil Vinall, quien antes trabajó con Elastica, Pulp, Placebo y más). Pero luego de su reubicación ─una especie de regreso─ de la Ciudad de México a Berlín, ambos dan rienda suelta a un repertorio de aficiones electrónicas, una construcción sonora con ecos del dream pop más clásico (Cocteau Twins, New Order) y proyectos synthwave más contemporáneos como IAMX, Crystal Castles, TR/ST o el Rubio de Francisca Straube. Además, la pátina rockera que es herencia directa de Candy.
En aquel territorio común y extrañamente neutral, lejos de exigencias radiofónicas y las complicaciones materiales de sostener un proyecto independiente en este país, Valentina y Michael encontraron, creo, la renovada libertad de escribir en inglés y distribuir su música digitalmente. Su segundo sencillo, “Gravity Loss”, insiste en algo que para mí es constitutivo del pop: lo que tiene de utópico, de placentero y, a veces, de revolucionario.
En una descripción temprana en su perfil de Spotify, Tristan Tricks se asume como “una pequeña banda de guerreros precariamente acorazados ante la inminente catástrofe”. Nada más ad hoc durante esta época pandémica, y aun pre-pandémica, en el permanente estado de emergencia que habitamos como individuos del mundo. En la letra de “Common Ground”hay imágenes de un refugio oscuro, de estar juntos y con temor al afuera, fundar o encontrar una nación, atravesar el bosque oscuro y llegar a la luz. Sin cinismo ni desesperanza: el mundo es un lugar terrible y destructor, pero hay un espacio cálido y hospitalario donde siempre podremos encontrarnos, ¿y sabes qué cosa podemos hacer ahí? Bailar.
1 comentario en «#ReporteBerlín – Tristan Tricks, trágico optimismo»
Los comentarios están cerrados.