«Hay una gran línea que separa a bandas de cantautores, y queremos hacer esa línea más delgada».
Por Laura Luna
Diego Flores & Los Truenos del Norte nació en el 2013 cuando Diego (vocalista) y Juan (baterista) se reunieron para tocar una serie de composiciones originales, las cuales terminarían formando el EP Sonidos de la Calma. Durante los ensayos también nació el nombre, escrito en formato de banda regional, como sátira y a la vez homenaje a las bandas norteñas.
Sergio originalmente se acopló temporalmente para ayudar a llevar a la banda a los escenarios, pero al notar cómo sus líneas melódicas de bajo llevaban las canciones a otro nivel se integró de manera definitiva.
En La Zona Sucia entrevistamos a la banda sobre su historia, sus procesos y sus planes a futuro.
¿Cómo se define la banda? ¿Que constituye al proyecto?
Creo que nuestra visión siempre ha sido expandir la manera en la que la música en español pueda expresarse. Aún tiene muchos impedimentos en cuanto a lenguaje y género. Es todavía incierto qué es lo que constituye la música popular además del reggaeton, pues las baladas están muriendo. Hay una gran línea que separa a bandas de cantautores, y queremos hacer esa línea más delgada.
¿Cuál es la historia detrás de Sonidos de la calma, que fue lo que originó esta producción?
En el invierno de 2012 grabamos canciones y repartimos aproximadamente 20 discos entre nuestros amigos, además de subir nuestras canciones a Soundcloud. No eran de la mejor calidad y la gente las seguía pidiendo en el 2016 cuando volvimos a los escenarios. Entonces, decidimos grabar 5 de las 10 canciones, que eran las que tenían más respuesta. En sí el proyecto era hacer llegar estas composiciones a la nueva parte de la audiencia que nos escucha todos los días a través de Spotify y Youtube. El disco suena muy diferente a las grabaciones caseras originales, suena rejuvenecido. Eso se puede acreditar a los nuevos miembros de la banda que se integraron y pusieron de lo suyo al tocar estas canciones.
¿Tienen algún proceso específico a la hora de componer sus canciones?
Cada uno tiene un proceso distinto, pero usualmente lo que pasa al componer es que compartimos grabaciones con ideas distintas que modifican la canción. Pensamos bastante diferente pero nos gusta mucho el punto medio al que llegamos. Eso, o se nos ocurre una pieza al improvisar y terminamos poniendo voz encima de eso.
¿Cuál es su canción favorita en el álbum y porqué?
“Mucho Cansado” terminó sonando bastante diferente a las grabaciones originales, hay espacio para que cada miembro hiciera una aportación que enriqueciera la canción y quedamos bastante orgullosos con eso.
¿Hay bandas locales con las que sientan afinidad creativa? ¿Con quienes les gustaría colaborar?
Nos gustan muchas bandas locales y nos generan un sentido de compañerismo, pero cada banda tiene su proceso y su estilo específico, no puedes simplemente llegar y escribir con todo el mundo, tiene que darse naturalmente. Dicho eso Carlos Rodriguez Walle (Dos Es Máquina) invitó a Diego (vocalista) a hacer una colaboración para un proyecto. Fuera de eso seguimos bastante centrados en lo que podemos hacer y escribir como banda.
¿Hay alguna anécdota peculiar sobre alguna de sus presentaciones en vivo?
En nuestro evento de lanzamiento del EP, mientras subíamos las cosas para el soundcheck, nos dieron un cristalazo y se robaron dos guitarras y un bajo con todo y pedales. Si eso no es nuestra anécdota y tragedia más importante no sabemos cuál otra es.
¿Qué es lo siguiente a escribir en la historia de Diego Flores y los Truenos del Norte?
Hay muchas cosas buenas que faltan por venir, tenemos el sentimiento que los dos materiales anteriores únicamente eran para aprender y la verdadera prueba apenas comienza. Queremos el siguiente año sacar un álbum de larga duración y salir más de la ciudad.
¿Hasta dónde les gustaría llevar el proyecto? ¿Cuál sería el escenario situacional en el que puedan decir “lo logramos”?
En nuestra opinión nos agrada el lugar en el que está una banda del tamaño de Little Jesus, por decir un nombre. Que claramente pueden vivir de gente que escuche sus canciones y tienen suficiente exposición en el ojo popular como para atraer a gente que no sabía le podría gustar el género.