Un grupo de cuatro mujeres inició una revolución cultural en la ciudad de México que cambió por completo la experiencia nocturna de la urbe.
Las Reinas Chulas es uno de los grupos de cabaret más importantes del país y Ana Francis Mor una de sus cuatro Jinetas del Apocalipsis. Además de su labor escénica es activista en torno a los derechos sexuales y publicó una columna que se transformó en libro: Manual de la buena lesbiana.
Platicamos con Ana durante el taller de Bio Cabaret que impartió en la Escuela de Verano de la UANL, en el Centro Cultural Colegio Civil de Monterrey.
Ahí va, vamos a empezar por lo obvio. ¿Cómo, cuándo y por qué empezaste de cabaretera?
Yo salí de la carrera de actuación en el 96 y el panorama era difuso y medio tremendo. Digamos que no me veía a mi misma en el mundo del teatro convencional. Digo, tampoco tenía claro en dónde sí me veía, pero me sentía con cierta incomodidad. Empecé a ver cabaret por casualidad y ahí fue donde dije: Ah no, yo quiero hacer eso, eso me llamó, pues. Y junto con otro par de amigas que estábamos en la misma circunstancia nos juntamos para hacer lo que nosotras dijimos que iba a ser un espectáculo de cabaret. Nos tardamos ocho meses. Nos tomamos nuestro tiempo (risas) y la verdad es que nos fue muy bien. Estrenamos en el 98 un espectáculo que se llamó Cabaré a trois. Ahí empecé a trabajar con dos de las otras tres Reinas Chulas, Cecilia y Marisol. Y nos fue requetebién, estuvimos como dos años en cartelera y girando. Y pos’ a partir de ahí ya no me bajé nunca más del escenario del cabaret.
¿Y quién fue el responsable de ponerle nombre al teatro, a qué “vicio” se refieren?
El Vicio antes se llamaba El Hábito. Entonces hicimos una convocatoria para la gente que después de cada función apuntaba como qué nombre se le ocurría. Y por ahí alguien sugirió “El Vicio” y dijimos: claro, porque de todo buen hábito se hace un vicio.
¿Y crees que a Salvador (dueño original del edificio) le hubiera gustado lo que ahora hacen con su teatro?
Fíjate que yo creo que sí, porque Salvador Novo era un desmadre, un transgresor, de los primeros homosexuales abiertamente declarados del país. Además fue el gran cronista de la ciudad de México. ¡Un mariconsote tremendo! Entonces yo creo que sí, que estaría feliz.
Oye y ya en confianza, ¿crees que con Taibo en la Secretaría de Cultura se aliviane el pedo?
Mira, la verdad es que estaría mal si no reconociera yo el trabajo de Eduardo Vázquez en la Secretaría de Cultura de este sexenio. No ha estado nada mal, pues. Lo que es terrible en la ciudad de México en términos de cultura son las delegaciones. No funciona nada bien y se roban todo el dinero del mundo. Las personas encargadas de la cultura, salvo honrosas excepciones, son un desastre, porque no están capacitadas, y la Secretaría de Cultura no tiene injerencia ahí. Eso es lo que funciona mal en la ciudad. Yo esperaría de Paco Ignacio, dado que además la Asamblea es toda de Morena y las delegaciones son casi todas de Morena, que hubiera una cosa más integral, pues.
Por cierto, hace años, Astrid Hadad (otra cabaretera), tu comadre, fue coronada como reina gay de Monterrey en la marcha. Pero cuando dio su discurso se puso a condenar la promiscuidad y a los jotos que cogemos en los baños públicos. ¿Crees que, con el tiempo, tú también te vayas a convertir en una señora asustadiza y de rebozo?
No, al contrario. A mi me da mucha envidia que cojan en los baños públicos. Yo quisiera que más bien hicieran un baño público de mujeres y me inviten (risas).
Oye también, qué pedo, La Zona Rosa está de hueva y super gentrificada. A la calle guarra de República de Cuba la cierran a cada rato, los heteros curiosetes arruinaron La Purísima (putero gay más popular de la CDMX). ¿Qué está pasanda con la ciudad de Méxica? ¿Crees que la noche ya se vaya a apagar?
Híjole, ahí sí le estas preguntando a la persona equivocada, porque, a pesar de que soy cabaretera, pues los días de fiesta yo estoy trabajando en mi lugar, ¿no? Y, pues, si alguna vez llego a descansar un fin, pues lo que hago es ir al super, wey, porque no me interesa en lo más mínimo irme de antro, (risas). Llevo viviendo en el antro 20 años, ¿no? En fin, no lo sé. No sé, qué esté pasando en la noche gay de CDMX. Ojo que no es lo mismo que la noche lesbia, pues.
Clara, porque ustedes se ponen a tejer y a tomar té.
No, porque nosotras nos ponemos a cenar y a coger en la casa, (risas).
¿Y qué piensas de los que dicen que la CDMX es la nueva Nueva York, la nueva Berlín?
Yo creo que la CDMX es la CDMX. Tiene sus propias características y sus propias riquezas. Sí me parece que es una capital muy importante de la región de América Latina y el Caribe. Me parece que es una ciudad súper interesante. Yo soy una chilanga enamorada de su ciudad, absolutamente. También me parece que es un monstruo que tiene un montón de pedos, ¿no?
¿Cómo crees que el cabaret pueda ayudar para que la gente se desprenda de sus prejuicios y sus programaciones mentales?
Pues es una super experiencia de la noche y una gran experiencia para el cuerpo. La risa al fin y al cabo es como una constatación de que estas vivo y el cabaret es muy transgresor, sugerente y sugestivo para el amor, el sexo, el deseo. Creo que si la gente se deja llevar por el cabaret se la va a pasar bien.
Oye, no sé qué tan familiarizada estés con las lesbianas norteñas, pero tengo la teoría de que en esta parte de la república el machismo interno en la comunidad está mucho más heavy que en otras áreas del país. ¿Cómo crees que se puedan exorcizar y liberarse del macho que llevan dentro?
Con un trabajo feminista. No tendríamos las lesbianas porque no entrar dentro del patriarcado como todas las personas sólo por ser lesbianas. Claro, lo primero que te pasa cuando eres lesbiana, si no haces todo un trabajo de concientización, de deconstrucción de género, pues es que dices, ah claro, pues como me gustan las mujeres pues entonces soy hombre y ¡zaz!, te conviertes en la imagen del hombre que tenemos, que es la del machín. Los celos, el machismo, la violencia hacia el interior de nuestra comunidad es brutal, aunque no solamente en el norte, ¿eh? Me parece que en la CDMX hubo muchos otros procesos, pero bueno, la CDMX son muchas CDMX. Y las comunidades lésbicas pues son muchas comunidades lésbicas.
N’ombre, mana, acá en el norte, una de las cosas más peligrosas que hay es una lesbiana con botas montada en un camionetón Lobo.
(Risas) Pues en general, una persona enojada, montada arriba de una Lobo… ¡ahí te encargo!
Ya ves que Judith Butler vino a México en el 2015, y en la plática que dio ese día nos advirtió de cómo el mercado ya había fagocitado lo queer. ¿Crees que todavía se pueda ser subversivo? ¿O de plano el mercado ya se chingó todo?
Yo creo que el mercado se chinga todo. Lo que realmente es subversivo es ir en contra del mercado. Empezar a hacer otras cosas paralelas al mercado. Salirse del mercado. Es bien difícil, hay que estarse moviendo todo el tiempo y cada vez tiene que haber más esfuerzos por resistir al mercado y no solamente en lo queer, también en lo hetero, lo trans, lo gay. Todo tiene que salirse del mercado.
Oye, según la CONAPRED, Monterrey es la ciudad que más discrimina. La más misógina, la más racista, la más clasista y homofóbica. ¿Crees que el cabaret pueda contribuir a que la ciudad ya no sea tan culera?
Totalmente. Yo no me había enfrentado en Monterrey, en mis visitas de años antes, (refiriéndose a los alumnos que tomaron su taller sobre Bio Cabaret) a que tanta gente estuviera interesada en hablar de clasismo y del racismo. Eso me llamó mucho la atención. A la gente le duele, y se tiene que hablar de eso.
Por último, en agosto comienza el Festival Internacional de Cabaret en la CDMX, ¿qué chisme nos puedes adelantar? Quienes van a venir?
Te la debo, porque ya no soy parte de la organización. Sólo soy parte del consejo fundador, porque ya soy una venerable anciana (risas) que ya hizo el festival 15 años y este será la edición 16. Pero toda la información estará pronto en la página, y en el Facebook Festival Internacional de Cabaret. El festival cada año está mejor, cada año llegamos a más espacios no convencionales como cárceles, asilos, orfanatos, a la calle en todo su esplendor, y cada vez hay más diversidad en la expresión cabaretera. Pero sí, las personas que vienen de extranjerolandia no se las pierdan (guiño de ojo travieso).