Una propuesta de libros de poesía para leer en este 2018. Del más reciente ganador del Premio de Poesía Aguascalientes a dos traducciones de poetas italianos.
Por Carolina Olguín
Antonia Pozzi. Palabras (Traducción y selección de Carlos Vitale).
Universidad Autónoma de Nuevo León, Col. El oro de los tigres VI. Monterrey, México, 2017.
La delicada poesía de la italiana Antonia Pozzi (1912-1938) nos llega a través de la colección El oro de los tigres en su entrega de 2017. Ésta es una recomendación para aquellos que buscan en uno de los ámbitos del espíritu que la poesía siempre ha cantado muy bien: lo sombrío, la soledad, la muerte y la fragilidad del mundo desde la mirada íntima. Ya desde 1948, Eugenio Montale sostenía que en el futuro la poesía de Antonia Pozzi, quien se suicidó muy joven, seguiría evidenciando “el fuego” en el ánimo del lector. La edición es bilingüe y, como ya es tradición en esta colección, la presentación de los libros tiene un bello y cuidado diseño.
César Cañedo. Inversa memoria.
Valparaíso México. México, 2016.
Es difícil que la poesía de César Cañedo pueda dejar indiferente a alguien porque es incómoda por naturaleza. La reivindicación de la jotería con todas sus letras y la sensibilidad del poeta que se sabe en este camino, atraviesan todo el libro. Inversa memoria explora lo inverso, lo torcido, con un humor extraordinario que no desconoce el dolor; el libro es agua de una fuente de tradición poética sólida, de todos los tiempos, que el lector podrá ir reconociendo en los poemas.
Dino Campana. La notte/La noche (Traducción de Antonio Nazzaro).
Editorial Edicola. Chile, 2017.
Siempre será atractiva la figura del auténtico poeta maldito pero, como ya sabemos y por desgracia, suele causar más novedad la anécdota que lo envuelve que la poesía en cuestión. Redescubrir la musicalidad de una prosa poética, riesgosa y algo extraña para la época en que se escribió, hace prácticamente un siglo, es una fortuna. De Dino Campana ―otro poeta italiano con final trágico― fue recién publicado en 2017, en edición bilingüe, el poema La noche. El vagabundeo, el encuentro en prostíbulos, la noche como festín y ensoñación y un “panorama esquelético del mundo” componen el universo de Dino Campana. Interesante lectura en tiempos de corrección política como el que vivimos.
Mónica Maristain. Antes. Paisaje sonoro con mujer mirando una ventana.
Literal Publishing y la Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, México, 2016.
En este libro sobresale el ritmo que surge de la reunión de las palabras que en apariencia han sido asociadas libremente, pero que al avanzar van revelando un paisaje, una condición, un estado de ánimo. Aquí se reconstruye un caos como si fuera un andar por la vida o una ciudad llena de estímulos, imágenes, sonidos, a la manera de un rompecabezas; de este modo, los poemas abren paso al sentimiento, la nostalgia y una cierta desolación muy desde la voz femenina y sus interlocutores en la distancia. Una autora más conocida como periodista, pero con mucho por dar como poeta.
Renato Tinajero. Fábulas e historias de estrategas.
Fondo de Cultura Económica. México, 2017.
El FCE publica el libro que fuera merecedor en 2017 de uno de los premios literarios más importantes en México, el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes. El libro de Renato Tinajero, con el motivo de una jugada de ajedrez, construye un tablero a través de poemas que dialogan, escudriñan y sopesan las certezas del juego que es la vida y de los personajes que la habitamos. Con versos de una elegancia, sobriedad y sentido humano hondo, este poemario lo tiene todo para ser un clásico contemporáneo.
Rodrigo Guajardo. Estándar. Un libro infame y canciones austeras que escribió Rodrigo Guajardo.
Editorial An.Alfa.Beta. Monterrey, México, 2017.
Qué falta hace recordar que la poesía no es un género más de la literatura sino una forma de vida. Los poemas de Rodrigo Guajardo traslucen esta convicción. El autor desdobla su propio personaje en poemas que funcionan como canciones en cierto sentido, y son a la vez el registro del ímpetu de una época de juventud que se despide con las resonancias de la música escuchada, la lírica del rock. Una poesía que evidencia un tono, la conciencia de éste para cantar lo que se ha sido, lo que se ha ido; una invitación para el reconocimiento, la distancia y el descreimiento de nosotros mismos en el amor, en el disfraz de la historia personal.