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COLUMNAS   

Árido Reino


Sin testigos para el Guinness por hacer la vida más emocionante, o avanzar en la fila del Automac

Rafael Cárdenas es editor de Poetazos, un proyecto en la que la literatura va de la mano con una golosina. Un pequeño libro que viene acompañado unos cacahuates, o un tamarindo, un caramelo o una paleta, nos endulza la vida, nos proporciona una pequeña dosis de energía para sobrevivir ante los grandes problemas que nos aquejan.

OPINIÓN

Un montón de pequeñas grandezas

Rafael Cárdenas Aldrete tomó sus pequeñas cápsulas a la hora indicada y no pudo recordar por qué se las había recetado el doctor (eran para la memoria). «Estoy en un gran dilema», pensó, y decidió hacer algo grandioso: ser editor de literatura. Más o menos así nació el proyecto Poetazos. Y digo más o menos, porque hay varias leyendas urbanas, poemas y micro relatos que dan cuenta del surgimiento de uno de los proyectos literarios más constantes y exitosos en esta ciudad y en el país.

A Rafael el proyecto le daba vueltas en la cabeza. Esta vez se comía unos cacahuates mientras reflexionaba si en verdad valdría la pena hacer eso, o si no valía ni un cacahuate el esfuerzo. Siguió comiéndose sus cacahuates, que acompañaba con una cheve, y el efecto de los cacahuates lo llevó a entender que la buena literatura es un entremés, un dulce aperitivo. Entonces, un pequeño libro que apenas mide 7 x 11 cm, y que viene acompañado unos cacahuates, o un tamarindo, un suculento caramelo o una deliciosa paleta, nos endulza la vida, nos proporciona una pequeña dosis de energía para sobrevivir ante los grandes problemas que nos aquejan. Así de simple es Poetazos, así de grandioso.

El dinosaurio despertó emocionado

Han pasado una cantidad impresionante de autores que han sido editados por Rafael en Poetazos: autores consagrados, jóvenes promesas, fauna local; todos con propuestas solidas, atrevidas, que ningún lector debe perderse. Un día se despertó emocionado por lo que estaba haciendo y se invitó a participar, se dictaminó y se editó con el rigor con el que lo hace con los demás. Estuvo a punto de no aprobarse porque sintió que el manejo las locuciones adverbiales y los verbos irregulares tropezaban con el encabalgamiento ecléctico derivado de las referencias grecolatinas en sus historias, y que esto podía entorpecer la línea del tiempo en la secuencia interna que sostiene sus micro relatos. Afortunadamente se convenció a sí mismo y tenemos  Despertar a una vida emocionante, una serie de diez relatos divertidos, entretenidos y contundentes.

Fumigar un árbol de manzanas o comerte un pay

Las historias pueden ir desde siete renglones hasta varias páginas. El asunto es que lo dicho esté bien dicho. Rafael lo sabe y no se contiene. La ironía y el humor imperan. No hay dilema, predica con el ejemplo, ya que incluso las referencias y las notas de edición van también en esos tonos. Gabriel Zaid dice que nadie es mucho más inteligente ni mucho menos inteligente que su lenguaje. En estos tiempos álgidos y de polarización (gracias a un presidente que, digan lo que digan, sabe manejar muy bien el lenguaje) muchos ven a la inteligencia como un peligro. Cárdenas le proporciona a sus relatos y a sus imágenes una lucidez fulminante:

Ahora estaban juntos y todo ante sus ojos era maravilloso, era el paraíso. Esa noche sería el clímax de la creación. Adán pasó su brazo por los hombros de Eva al tiempo que ella se le acurrucaba.

-Solo un Apple pie- ordenó Adán y avanzó el carro en la caja del automac.

(El paraíso, pág. 5)

En este librito mágico se llega a leer más de lo que hay, porque todo resuena. Lo breve y eficaz siempre resuena, porque sin querer se incluyen palabras adicionales, y estas metáforas, conciencia o como quieran llamarlas, emergen para convertirse en la simple solución de los inquietos lectores que buscan cosas sencillas. Sencillas como los espejos de perfección, o las ínsulas utópicas, o la anticipación al futuro que ahora más que nunca nos preocupa aunque tengamos cosas que leer.

Despertar a una vida emocionante

¿Qué es realmente lo que nos emociona? La descarga instantánea de algo, un shot de azúcar como la gloria de Linares que acompaña a este ejemplar, la autenticidad, la exigencia de literatura que no sea comparada con su precio como libro, morder una manzana (es una metáfora por supuesto). Todo esto es, y es sin duda también el gran aliento de Rafael, que alienta nuevas fórmulas para que la literatura llegue a nosotros. Él la escribe, él la edita y eso vale mucho. Su prosa y sus ideas interrumpen y rebasan la pasividad del mundo editorial, muy dado al disfraz llamado co-edición, que no es más que un rescate (muy válido) al mal negocio llamado editoriales independientes. Rafael no le quita el dulce de la boca a nadie. Al contrario, su presencia es el dulce diálogo que vuelve menos provinciana a cualquier biblioteca y a cualquier feria del libro


Rafael Cárdenas Aldrete
Despertar a una vida emocionante
Poetazos
2018