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Musique de merde


Las mismas preguntas de siempre

En lugar de buscar periodistas musicales o personas que por lo menos tengan conocimientos sobre la industria musical, los medios de comunicación se han encargado de darle micrófono a personas que tengan buen desenvolvimiento, que sean sociales, ocurrentes, atractivos e irreverentes, aunque carezcan del más mínimo conocimiento sobre bandas, artistas y música.

OPINIÓN

Hace algún tiempo, platicando con un amigo periodista me dijo que él había decidido ya no entrevistar a músicos locales y nacionales porque éstos no decían nada. Hacía énfasis en que sus respuestas estaban llenas de lugares comunes y que todos respondían lo mismo, como si se tratara de respuestas ya pre fabricadas. Pensaba que no tenía ningún sentido seguirle dando tiempo y espacio a las mismas respuestas de siempre.

Aunque le dije que no se podía generalizar, tampoco pude refutar lo que él decía. Si le damos un seguimiento a entrevistas, veremos que en efecto muchos músicos responden lo mismo. Puede pasar el tiempo y sí, las respuestas seguirán siendo las mismas. Pero también es cierto que no hay respuesta sin pregunta, y si durante las entrevistas escuchamos respuestas plagadas de lugares comunes, es fácil deducir que esto también es porque los entrevistadores, que sería mucho decirles periodistas, hacen, exactamente, las mismas preguntas de siempre.

Esto sucede porque no hay una profesionalización y, en lugar de buscar periodistas musicales o personas que por lo menos tengan conocimientos sobre la industria musical, los medios de comunicación se han encargado de darle micrófono a personas que tengan buen desenvolvimiento, que sean sociales, ocurrentes, atractivos e irreverentes, aunque carezcan del más mínimo conocimiento sobre bandas, artistas y música.

Un ejemplo son las ruedas de prensa durante los festivales, donde año tras año siguen lanzando las mismas preguntas a los músicos: ¿han pensado en hacer alguna nueva colaboración con otro artista? ¿Cómo sintieron al público? ¿Ya están trabajando en algo nuevo? ¿Qué sorpresas nos tienen preparadas? ¡Las sorpresas son eso, sorpresas y no se dicen! Eso por decir lo mas común, porque hay quienes incluso con la mano en la cintura llegan con el músico o con la banda y le dicen: “cuéntenme quiénes son y qué hacen”, borrando lo más elemental y básico del periodismo: saber con quién se está hablando y sobre qué tema.

El pasado fin de semana, durante una entrevista para televisión, la conductora del programa nos confundió durante toda la charla con otra banda. Ni siquiera sabía con quién estaba hablando, y vaya que se trataba de televisión por cable, no era ningún medio independiente.

Quienes están detrás de los micrófonos y las cámaras están preocupados más por verse bien que por saber y estar informados. Hace algunas semanas, en una entrevista en la televisión universitaria, los jóvenes que me entrevistaban me preguntaban si la feria del libro de la universidad era la primera vez que se hacía, cuando en realidad llegaba a su novena edición. Esto ocurre porque no hay una exigencia y en muchos casos los mismos editores desconocen el tema. Resulta irónico que, si van a cubrir un evento de música, no estén al tanto de quienes forman parte de él. Y lo digo porque alcancé a escuchar cómo otra entrevistadora le preguntaba a Alemán, un joven rapero que está dando mucho de qué hablar con su música, cuál era su propuesta musical.

Si quienes están detrás de los medios que nos informan, no están informados, entonces lo que se nos está diciendo no es real, sino una mentira tan grande como esa de que “el público vibra”. -¿Cómo vibra un público? ¿Qué significa eso?- O cuando les dicen a todos por igual que son talentosos.

Sí, es cierto que muchos músicos responden a las preguntas con las mismas respuestas de siempre, pero también es cierto que aún se siguen haciendo las mismas preguntas porque no saben qué más preguntar porque no están informados y piensan que hacer periodismo musical es solo pedir una acreditación y pararte en un evento a decirles a todos que todo estuvo de lujo, no vaya a ser que al próximo año no te acrediten.