Berlín tiene ese algo que fascina a los músicos de rock. Como ya habíamos mencionado en otra reseña, hay algo en la sombra de David Bowie, Iggy Pop o U2 que alimenta una mitología de reinvención y ruptura.
Es la misma sensación -supongo- que tuvieron los Pels, una de las bandas más interesantes de la escena independiente argentina, al pisar las calles de la zona oriental de la capital alemana. Tienen un par de LP’s, (Ugo, 2009, y el brillante Gospels, 2015) y han terminado de grabar lo que será su nuevo largo duración. Llegaron a Berlín para realizar la mezcla de ese material en el estudio del argentino Juanfe Rhem, ubicado en un conjunto de edificios art-deco al lado del río Spree, donde estuvo la sede de la radiodifusora de la República Democrática Alemana
“Cuando nos pusimos a hablar sobre la mezcla empezamos a comprender que no valía la pena pasarse los días frente a un monitor y desaprovechar semejante sitio. Como una epifanía surgió la idea de utilizar las horas pactadas para grabar en lugar de mezclar”, dicen, en el texto que presenta el disco.
Así surgió Funkhaus, que toma el nombre de ese bloque de edificios que mantiene todavía la vibra soviética de su pasado no tan distante. Abrieron el cajón con cuatro temas inéditos y entregan un EP, entre nostálgico y psicodélico, que es un excelente entremés de cara a su próximo álbum.
Funkhaus abre con “Nunca”, un tema con ecos del Radiohead de la época The Bends, que da pie a la setenterísima “Presencia estelar”. Sin embargo la verdadera joya del disco se llama “Martínez-Bernal”, una historia de confusiones espacio-temporales en algún lugar del conurbano de Buenos Aires, cuya melancolía se potencia a la distancia de la capital alemana: “No sé si estuve en ese auto, si caminamos el suburbio, no sé si estuve en ese antro, si fue verdad o fue mentira, ¿quién sabrá?”