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J Balvin y Bad Bunny – Oasis


Universal Music
Colombia, Puerto Rico
2019

RESEÑA

Tenía que suceder, era sólo cuestión de tiempo. No es de sorprender que los máximos exponentes del “género urbano” se unieran en un disco y no sólo en algún featuring alejado (“Si tu novio te deja sola”). Ya desde el año se hablaba de Oasis en entrevistas y en la prensa, pero bastaron unos cuantos posteos en redes sociales para encender la mecha. El resultado era predecible: toneladas de likes, shares y reproducciones. La devoción de medios internacionales y unos cuantos ceros más en la cuenta bancaria.

Una vez pasado el furor ¿resultó el Oasis tan refrescante y aliviador como decían en la entrevista para la revista Complex? Todo indica que no. Y es que ante tanta expectativa, Benito Martínez Ocasio y José Osorio Balvín prefirieron jugar a la segura: cero riesgos, producción confiable, gasolina para la pista de baile. Un triunfo de lo esperado de ambos pesos pesados de la industria, sin moverse un mínimo paso al costado o al frente.

Los primeros tracks son metralla ardiente para el perreo: “Mojaíta”, “Yo le llego”, “Cuidao por ahí”, y “Qué pretendes” son una seguidilla de temas tan impecables como volátiles. La producción experimentada de Tainy, las bases siempre enganchadoras, aires de son cubano y dembow. Las letras abrevan en los tópicos usuales del reggaetón masivo: sexo, fiesta y despecho. Lejos quedaron las evocaciones nostálgicas de Bad Bunny en X100 Pre, o el anthemic feelin’ del Vibras de J Balvin. Mucho menos la búsqueda sonora que caracterizó ambos materiales y los colocó en una inusual vanguardia respecto a sus colegas de género.

Es en la segunda parte de Oasis donde hay algunos temas más interesantes (o más terribles). Un par de baladas lacrimógenas, “Odio”, y “La canción”, un reggaetón lento con aire jazzy. Y luego, el featuring con Marciano Cantero, donde vale la pena detenerse. Según varias entrevistas, fue la intención de ambos de rendir tributo a esa referencia inevitable con la que crecieron muchos jóvenes en Iberoamérica. Y el líder de Enanitos Verdes accedió a su petición. El resultado es tan malo como el featuring de Rubén Albarrán con Bad Bunny. O quizá peor. Entre referencias facilonas a “Lamento Boliviano” (ese charango y varias líneas de la letra), y la voz gastada de Cantero, “Un peso” quedará más como un momento naif, que una propuesta musical de interés.

Oasis cierra a toda máquina con su mejor track: “Como un bebé”. Si en “Machika” (el tema que cierra Vibras) J Balvin mostró su interés por el Caribe neerlandés al trabajar con DJ Chuckie, en esta ocasión su mirada gira hacia África, y convoca a Mr. Eazi, el músico nigeriano que mezcla highlife ghanés con hip hop y otros géneros globales (y que este año también tocó en Coachella). El resultado es un tema elegante, muy en la búsqueda de esos puentes perdidos entre África y América.

Oasis es, en suma, el producto esperado del mainstream del reggaetón. Una producción impecable, pero sin riesgos. Un divertimento para ambos músicos, y un alivio para la chequera. Para buscar ese “paso al frente” habrá que esperar sus próximos trabajos solistas y featurings. Quizá un buen ejemplo sería el fabuloso tema que Bad Bunny acaba de sacar con iLe y Residente con el marco de las protestas que se han surgido en Puerto Rico contra el gobernador Ricky Roselló. Pero eso es harina de otro costal.

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