La fusión de electrónica y música norteña que gestaron inicialmente como el colectivo Nortec ha cumplido dos décadas. En este lapso, la mancuerna conformada por Ramón Amezcua (Bostich) y Pepe Mogt (Fussible) se ha mantenido prolífica y continúa su paso itinerante tras años de transición tecnológica, respaldos musicales, colaboraciones con figuras como Wolfgang Flür e hijos que han seguido sus huellas.
Pepe: Cuando empezamos Nortec otros músicos de norteña de Tijuana sí lo vieron como algo extraño al grado de no ir a los conciertos. Veníamos a tocar a otras ciudades como Guadalajara y nuestro sonido era más para la pista de baile. Cuando se anuncia Nortec y se escribe sobre ello, aunque como una fusión de banda y música electrónica, no sabían qué pensar. Decían que nos habíamos vendido, preguntaban si hacíamos quebradita, o si hacíamos algo muy folclórico. No entendían que lo nuestro era un experimento de deconstrucción. No nos gustaba esa música, sino que la íbamos a deconstruir. Primero pasó una etapa de no aceptar el sonido, pero cuando vieron que sí era una experimentación, que sí era retomarlo y transformarlo fue como un salto exponencial. Antes, con Bostich y Fussible teníamos de 300 a 500 personas en Tijuana y cuando anuncian Nortec llegaban 20 (risas). Y de repente se entiende el concepto porque fueron algunos reporteros a cubrir el evento, y de forma exponencial sube a mil personas, luego a dos mil y empezó ya la carrera propiamente. Y de ahí fue el salto a estar en festivales como Vive Latino y Coachella.
MC: Sobre esta cronología, ¿piensan que la escena de Tijuana sigue siendo prolífica a 20 años de distancia?
Ramón: Sí, hay nuevas generaciones. Es un centro cultural donde convergen muchos estatus, hay influencia americana y muchísimo movimiento. Por eso siempre hay bandas nuevas produciendo indie o electrónica.
Pepe: Yo pienso que Tijuana sí tiene mucho que proponer. Para saber que algo existe en la escena se ocupa mucho de los periodistas como Rafa Saavedra, que ya falleció. Cuando él se fue creo que también se perdió esa parte. Cuando los medios llegan cubren lo de siempre: que Javier Bátiz, que el rock de los sesenta, Tijuana No… ¡Nortec! (risas) Sí, está bien, pero por ejemplo, a mí que me encanta la fiesta, si me dedicara al periodismo cultural estaría cubriendo el “after” y el “after-after”. En Tijuana hay un músico que se llama Machino que toca en El Warehouse, que empieza a las 3 de la mañana. Nadie habla de él y está ahora en una gira europea: Suecia, Noruega, Alemania. Siento que en Tijuana hay muchas bandas nuevas que están emergiendo y están trascendiendo los límites de la frontera.
Ramón: Hay bandas que no las conocen en México, pero sí en el extranjero.
Pepe: También está el hijo de Ramón que se llama Grenda. Por ejemplo, a Mint Field, ya los produjo un sello francés y van a empezar una gira europea. Machino y Ramona, se fueron al DF y están de regreso. German Moss, Braulio Lam.
MC: ¿Qué tiene que hacer un músico mexicano para ganarse la credibilidad de un ex Kraftwerk, como en este caso Wolfgang Flür?
Ramón: Primero que nada, ser autentico. Y con Nortec y nuestro sonido hemos sido muy celosos desde que se fundó y seguimos con eso y con la deconstrucción que ha estado evolucionando desde el 99 a la fecha. No se produce nada si no hay evolución. Eso nos ha dado credibilidad y nos ha puesto en esa posición de estar con ellos o con Talking Heads. Nunca lo imaginamos porque Kraftwerk es una de nuestras influencias principales. Con su música crecimos. Tampoco imaginamos presentarla en el Vive Latino junto con él, o en el cierre del año dual Alemania-México en el Monumento de la Revolución. Ha sido para nosotros una parte muy fuerte de nuestra carrera y a la vez es parte de la credibilidad.
Pepe: Es que la credibilidad está avalada por los que han colaborado con nosotros. En otras compañías, que son de pop o rock, tienen presupuestos millonarios para realizar discos como “¡quiero hacer uno con el guitarrista de Pearl Jam o con el productor de Beastie Boys… o Wham!» (risas) Con ese dinero pueden contratarlos, aunque cobren 50 mil dólares. Nortec no tiene esa compañía y todas nuestras colaboraciones han sido con gente con la que hemos compartido escenario, como Señor Coconut. En otros festivales hemos tocado tres veces, ellos nos ven y en el backstage es recíproco cuando te dicen: “Hay que colaborar”. Con Wolfgang Flür nos dijo que le gustó la música, con Talking Heads lo mismo. Ha sido de esa manera, hay una especie de admiración mutua. Sí hemos ganado, no tanto por el dinero, sino la satisfacción de crear una pieza musical que es Nortec con el sonido de ellos y viceversa.
MC: Pepe, vi que una vez subiste a tu muro de Facebook una foto con Florian Schneider, ¿pero han trabajado con él?
Pepe: Él ya está retirado. Estuvo girando con Kraftwerk, lo conocimos, buena onda, tocamos en Holanda con Señor Coconut y en el backstage estuvimos con él y Argenis Britto que colaboro en el disco. Florian se dedicó a su novia, que tiene 26 años. Él tiene casi 70. Ya no es “40 y 20” (risas).
MC: Las discrepancias generaciones ya son cada vez más grandes…
Pepe: Sí, él ya no está girando con Kraftwerk y sólo se dedica a pasarla bien.
MC: ¿Han visto serie Black Mirror? ¿Creen que los robots algún día tocarán música y van a prescindir de los humanos?
Pepe: No, me la han contado, pero yo no la he visto. Y sí, eso va a pasar. La inteligencia artificial hoy en día ha estado evolucionando de manera exponencial. Es el espíritu del robot autónomo del que tanto se ha hablado desde la obra RUR y los textos de Isaac Asimov. Creo que su alma se está gestando desde hace tiempo, ya esta viviendo con nosotros, pero hasta ahorita se le está dando cuerpo, por eso siguen esos robots industriales, pero con formas humanoides. Sin embargo, la inteligencia artificial está con nosotros y la tenemos en celulares, iPads que nos están escuchando, viéndonos, incluso cuando están apagados. Se supone que la singularidad va a llegar en 40 años, significa que las maquinas van a tener una capacidad más allá que un ser humano. Cuando esa inteligencia artificial empiece a adquirir esa sensibilidad, van a poder crear música de Beethoven, Bach y de otros grandes músicos, espero que a lo mejor empezamos a crear música con otras cosas disonantes que no tendrán que ver con la regla,que las máquinas no podrán hacer, pero sí podrán aprenderlo.
Ramón: Para hacer música electrónica que sea aleatoria en tiempo real existen hardwares y softwares que solo pones una tecla y te forma progresiones armónicas que son incluso irrepetibles. La tecnología ya existe y así vamos a ver a algún músico robot como Squarepusher, que ya hizo una gira con robots y ellos la ejecutaron. En ese momento se está trabajando el cuerpo y también el alma se está gestando.
MC: ¿Cómo respaldan su información? Los discos duros se van perdiendo, deteriorando, ya no son compatibles…
Ramón: Es tan frágil. No me ha tocado que se me truene la computadora, pero sí tengo varios back-ups, discos duros y a veces viajo con uno y dejo uno en la casa. También puede haber un campo magnético del disco duro que deja de funcionar.
Pepe: El otro día estaba haciendo una suma de todos los drafts que tenemos compartidos. En mi Soundcloud tengo como 200 y otros CD’s que ya se perdieron. Algunos los voy a editar en vinil que ya cuesta mucho.
Ramón: Si no hay resguardo… ¿Cuántas veces no ves en las redes sociales que les roban la compu?
Pepe: Como a mí que me robaron mi compu en el aeropuerto unas señoras ya mayores. Yo las vi, hicieron un juego de movimientos. Estaba Ramón sentado, lo rodearon y agarraron la computadora. Yo llegué y pensé: “¡Ah, unas viejitas! ¿Y la compu?” “No está, aquí la dejé”. Obviamente que no sospechas de unas viejitas, pero agarraron un carro y se fueron. Pasó en el DF hace unos cinco años.
MC: ¿Y si eran sus fans de closet y no tenían para comprar sus discos?
Pepe: ¡Quien sabe! Yo en ese momento agarré el iPhone, me conecté a internet para detectar la compu y se guardó toda la información.
Ramón: También está la nube pero es sumamente caro. ¿Cuánto vas a pagar? ¿200 dólares en iTunes para tener 200 gigas que no son nada? ¡Si haces música o video te lo acabas! Se han perdido muchas cosas. Un amigo me instaló un software nuevo y borró todos los temas de Nortec. Si no tienes esa cultura del back-up se borra todo.
MC: ¿Cómo ves que tus hijos siguen sus pasos, Ramón?
Ramón: Me parece muy bien. Lo que más me gusta es que casi no he estado en casa y ellos han seguido la música.
MC: Porque algunos papás quieren que sean dentistas, ingenieros, o algo así …
Ramón: Eh, bueno, en mi caso yo soy dentista ortodoncista, tengo mi consultorio (se ríen disimuladamente).
Pepe: Y yo ingeniero…
MC: ¡Y yo burlándome!
Ramón: (Risas). Creí que algunos querían ser dentistas porque tengo mi consultorio, pero sin embargo, de los cuatro, dos se dedicaron a la música y les ha ido bien. El mayor en el folk, en la música sinfónica, la otra (Amor Amezcua) con Mint Field y están contentos porque han logrado cosas, tocaron en Coachella, por ejemplo. Eduardo está en su proyecto electrónico (Grenda). Fue el que aprovechó mis instrumentos y el software cuando yo me iba y estaba muy metido en el hip hop. Nunca le dije que no me gustaba el hip hop, pero de repente veo que es un proyecto medio ambient y me siento orgulloso que están haciendo lo mejor que pueden. Son celosos en querer hacerlo bien. A ellos los apoyo en lo que puedo.
Pepe: El mío hace techno, tiene 15 años. Es Germán Moss. Son generaciones de morros que ya no les gusta ni Nortec (risas). Hacen fiestas en casa, ya los invitan a festivales, son una nueva generación, pero ya los demás son rucos porque ellos son más chiquitos. Ya están tocando, les pagan, hacen sus propias cosas, pero todavía no facturan porque son menores de edad (risas).