Desde hace algunos años venimos diciendo que la radio como medio de comunicación está obsoleta, que ya no es escuchada. Damos por sentado que ya no es un medio de comunicación influyente y que la gente está alejada de éste. Suponemos, y en muchos casos aseveramos, que la radio tradicional ha sido relevada por los podcast o las emisoras online. Sin embargo, según la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2017, presentada en 2018, en México alrededor de 20 millones de hogares cuentan con un radio, lo cual equivale a un poco más del 50 por ciento de la población. De las personas que escuchan radio el 76 por ciento busca programas musicales. Es decir, una gran mayoría lo que busca escuchar es música o programas relacionados con ella.
A pesar del aumento de oferta en plataformas digitales, el fácil acceso a los celulares, laptops y tabletas, apenas un 7 por ciento escucha radio por Internet. Del total de los consumidores de radio en México, 56 por ciento lo hacen aún por medio de un estéreo o grabadora y apenas un 22 por ciento utilizan sus celulares. Estos números muestran una realidad muy distinta a la que suponemos con respecto al consumo e influencia de la radio.
Estas estadísticas sirven muy bien para intentar trazar un punto de encuentro entre el consumo de eventos musicales y el consumo de radio, algo que no suena descabellado si marcamos algunos puntos y discutimos si la radio sigue influyendo para generar públicos y audiencias en determinados tipos de música.
Pongamos de ejemplo la ciudad de Monterrey. Muchos dicen que es la ciudad «grupera» por excelencia. La ciudad del acordeón, dirán otros de manera despectiva. Los eventos de lo llamado «grupero» han alcanzado cifras muy altas de asistentes y cada concierto que se oferta, desde los mejores auditorios hasta bares con este tipo de música, nunca representan pérdidas, ni se habla de que acudió poca gente. Si trazamos una línea con la influencia de la radio, más allá de tener también elementos de identidad cultural, es importante ver que la mayoría de las estaciones en el cuadrante de FM son de corte grupero.
En algún momento esta ciudad del noreste de México fue conocida por tener uno de los mejores públicos de rock en español y anglosajón. Sin embargo, en materia de radio no queda nada de eso y toda una generación ha crecido sin esta oferta.
Estas estaciones tocan desde lo más moderno hasta lo tradicional y de alguna manera han logrado una identificación de su público. Pero no ha sido éste quien hizo a las estaciones, sino que fueron éstas quienes han ido formando un público propio y lo han llevado de la mano entre las nuevas tendencias y las clásicas del norteño. En ellas convive pasado y presente sin problema.
Una de las críticas que más se le hace a esta ciudad es que en ámbito del rock la gente ya no responde al llamado. Los conciertos rara vez se llenan, a menos que sea un festival, y la constante es falta de público que asista a los eventos nacionales, locales e internacionales. Si seguimos esta línea trazada con respecto a la influencia de la radio, resulta interesante encontrar que en Monterrey no hay estaciones de radio que programen las tendencias actuales de rock o música indie. Hay solamente una estación de rock clásico. Con la desaparición de Rock FM ya solo queda una para los más de 4 millones de habitantes.
En algún momento esta ciudad del noreste de México fue conocida por tener uno de los mejores públicos de rock en español y anglosajón. En ese entonces había una variedad de programas que se encargaban de ofrecer propuestas alternativas tanto internacionales como nacionales e incluso locales. Muchos de esos espacios fueron fundamentales para el desarrollo de la llamada “Avanzada Regia”. Sin embargo, en materia de radio no queda nada de eso y toda una generación ha crecido sin esta oferta. Por ende, bien podríamos pensar que la falta de público hacia el rock tenga que ver con la nula oferta de este género en la radio regiomontana.
Es difícil creerlo pero, una ciudad industrial como Monterrey, y una de las principales fuentes económicas del país, no tiene una sola estación de rock y sus derivados que esté actualizada más allá de darle lugar a la lista de los 40 principales, que no dejan de ser otro tipo de propuestas. Entonces vale la pena discutir: ¿es importante la radio tradicional para generar públicos o no? Por lo pronto en Monterrey no hay rock en la radio y poco público en los conciertos.