Cualquier discurso pudiera parecer ofensivo y cada declaración de principios encontrará agrios detractores, pero la llegada de Venganza, el nuevo EP de la cantante tapatía Elis Paprika no debe pasar desapercibido.
Venganza son canciones que emanan desde las entrañas, y provocan un calambre mental. El EP de seis canciones fue lanzado el pasado 17 de agosto. Es un álbum aguerrido, que como fiera se aferra a su presa. En él aborda temáticas de los desaparecidos, el abuso de confianza y el desamor. A diferencia de los discos pasados de la tapatía, cuenta con un sonido más agresivo.
Erika Elizabeth Nogues, oriunda de Guadalajara, ha formado parte de la escena rockera mexicana desde 2004 y cuenta con ocho discos, entre LP’s y EP’s. La alineación de su proyecto Elis Paprika ha ido cambiando con los años, pero actualmente está acompañada por The Black Pligrims: Cachi Zazueta (batería), Adán Ruiz (guitarra) y Ana Cristina Mo (bajo).
Elis Paprika buscó la manera de llegar a otras latitudes y con su banda recorrieron durante un año Corea, China, Japón y Mongolia, además de buena parte de Estados Unidos y Canadá, y pronto llegarán a Europa. Venganza fue grabado en Guadalajara bajo la producción de Richo Acosta, quien fuera guitarrista de la agrupación durante su primera etapa.
¿Tuviste experiencias desagradables? ¿Qué te llevó a plasmar lo que ahora es Venganza?
Habla de muchas cosas sociales, de cosas que están pasando que indignan. Es el disco que menos habla de mi; habla de cosas que percibo, pero sobre todo de una realidad que ya vemos normal, como es la violencia. Debe haber un equilibrio en todo. Asusta lo que podemos llegar a ser como personas. Ya es hora de parar tanta injusticia.
¿La venganza es dulce?
A veces.
¿Venganza es el disco que más te define o con el que más te gustaría que te recordaran?
Yo creo que hasta el día hoy, sí. En definitiva es el disco con el que me gustaría ser recordada. Con el disco pasado cerré un ciclo que era necesario para mí, es otra etapa para Elis Paprika. Este disco es lo que me convertí y lo que el mundo me ha llevado a convertirme.
En este disco abordas las problemáticas de las agresiones, usando este discurso de violencia, ¿qué le preocupa a Elis Paparika?
Me preocupa la poca empatía que tiene la gente ante situaciones que pasan. La apatía de la gente ante los feminicidios que no paran. Es el problema más grave que hay. Al no ser empáticos nos estamos convirtiendo en algo horrible. Hay mucho miedo. La gente está paniqueada, de que no sabes si vas a amanecer muerto.
A diferencia de tus otros discos, ¿qué quieres reflejar en este EP?
En ninguno de los anteriores discos buscaba reflejar algo, pero en este disco cobro consciencia de la responsabilidad que se tiene al tener un micrófono. Quisiera cambiar la situación en la que están los músicos independientes, en que no hay apoyo para los festivales. Quiero que haya más morras haciendo música. Siempre me involucro de lleno en todo lo que hago. Como productora se aprende.
¿Pisar otras latitudes en estos años te ha ayudado a crearte una perspectiva distinta de hacer música?
Quizá sí. La canción «Stupid Song» está inspirada en el punk de morras japonesas. Tal vez si no hubiera tenido la oportunidad de ir allá (Japón) sería diferente.
Llevas más de diez años en la escena independiente, pero a lo largo de estos años, ¿cómo te ves, cómo te gustaría verte?
Muerta (risas). No tengo idea, empecé Elis Paprika queriendo hacer bossa nova, y mírame donde estoy (risas). Quiero crecer, y que lo que he aprendido lo pueda hacer posible en mis discos. Tengo en puerta un par de proyectos que he pensado para hacerle llegar mi música a nuevas generaciones. Lo que me he dado cuenta es que han cambiado mucho las cosas, ya pasaron diez años.
Estuviste un año de gira, visitaste Asia, Estados Unidos, Canadá y te espera Europa, ¿qué tal esa experiencia?
¡Súper chingón! La verdad entre más conoces tu cabeza no para de crear, y de pensar en cómo hacer cosas diferentes. Me gusta conocer gente de todo el mundo. Es la mejor experiencia que he tenido como músico.