La poesía puede ser leída desde otros ángulos más juveniles y menos convencionales. Una de ellas es mediante la pluma de la escritora Lorena Fernández, (San Pedro de las Colonias, Coahuila 1992). Como autora independiente, promueve su obra Cajones Abiertos la cual funciona como una crítica a la sociedad y la patria desde un ángulo femenino dejando a un lado los lugares comunes, inspirada en su infancia y la admiración que siente por Octavio Paz y Salvador Dalí.
Este es un lanzamiento que puede obtenerse mediante vía Amazon. ¿Por qué consideras que se tiene que seguir escribiendo poesía?
Yo considero que escribir siempre es expresarnos y es importante. En cuanto a la poesía porque más que escribir, yo tengo mucho que aprender y admiro a los grandes poetas, pero es un reto también porque buscamos que todo sea rápido, leer las cosas rápido, las noticias, que no nos pongan a pensar mucho más que lo básico, pero hay poesía muy atractiva, romántica, abstracta que a veces nos invita a pensar y leer más allá. Entonces, creo que la poesía es un reto para quien la escribe como para quien la lee y es un mundo que se abre. Es como ver más allá de nuestros propios sentidos.
¿Cómo fue que decidiste escribir este libro y cuánto te tomó hacerlo?
Yo ya tenía escritos guardados de hace tiempo. Decidí publicarlo porque sentí que todos los textos tenían cierto potencial, les fui dando forma, quería compartirlo con gente que sabe de esto. Me recomendaron también el target, y cuando conocí a la editora del libro, me guió para saberlo llevar a cabo; tomé clases y talleres con ella y durante ese proceso creativo fueron dos meses y fue hacer la estructura.
¿Por qué el título de Cajones Abiertos?
Quería acomodar los poemas porque unos hablan de temas distintos, sociales o patriotas. A mí me inspira mucho el arte y busqué adentrarme en temas artísticos para meterle más creatividad del libro. Una vez fui a un museo y la obra de Dalí: “Mujer en llamas”, me gustó e inspiró mucho. Siento que conecté con ella y después investigué que él hizo dibujos de estatuas, cajones, personas o animales, retratando el inconsciente de las personas, como si cada cajón fuera el inconsciente, como si fueran las teorías freudianas. Ésta en particular habla de cuando las mujeres estaban en la Segunda Guerra Mundial y no se podían expresar. Habla también de deseos sexuales reprimidos y secretos. Y yo pensé: “Quiero que cada cajón tenga un poema en distintas partes del cuerpo: en el pecho, las pupilas, el estómago”. Y así fue como fui acomodándolos. No quise llamarle “estatuas” porque no es lo que quiero que vean.
Mencionas que no todos los poemas son románticos, son como políticos o sociales. Siento que no están escritos de manera muy convencional, no como se esperaría que se escribiera, ya fuera romántico o cursilón.
Yo no me considero una persona cursi, pero sí muy interesada por aspectos sociales de nuestro entorno y nuestro país. Hay aspectos que quería expresar de nuestra situación, de su cultura e historia, y quería ser critica o inquisitiva. Siento que fui así en algunos de los escritos. También quería retratar a Octavio Paz, que habla sobre la cultura mexicana, con una crítica hacia ella, y estoy tratando de hacerlo con mucho respeto con esta visión de El Laberinto de la Soledad, un libro que me encanta.
Has estado promocionando tu libro desde el año pasado…
Es mi primer libro, soy autora independiente. Considero que es importante darle algo de promoción y presentarlo en un lugar, y quise moverme más en estos círculos literarios, que vean que estamos empezando, que le den una oportunidad. Hay gente que quiere empezar y tienen la intención o inquietud y las cosas se han dado poco a poco. La única plataforma digital donde se vende por ahora es Amazon y librerías de Torreón, Coahuila como El Astillero. Ha sido un proceso lento, pero se han abierto puertas poco a poco.
¿Qué te gusta de leer de poesía?
Me gusta mucho Gustavo Adolfo Bécquer, Jaime Sabines y Joaquín Sabina como cantante. De hecho, él ha tenido mucha respuesta a generaciones como la mía, y tiene actitud, irreverencia y es alguien que me encanta escuchar. No es poesía, pero me gustan Julio Cortázar y Elena Garro.