¿Tiene el grupo político que hoy vive su ocaso gubernamental alguna razón para convocar –en lo oscurito o a plena luz- a la intelectualidad de la Condesa, La Narvarte, Coyoacán o San Ángel?
Por: Gabriel Contreras
¿Cómo se toman las grandes decisiones en México, en este país que suele ser definido como una República e incluso como una democracia? ¿Cómo se adjudican los contratos, se establecen las alianzas, se hacen los amarres y se planchan las reformas? ¿Participa de alguna manera en dichos procesos eso que llamamos ciudadanía, o simplemente se convoca –en lo oscurito de la Condesa- a los que ejercen el poder –de hecho- para que establezcan acuerdos con los que ejercen –formalmente- el poder? ¿Tienen algo que ver los Diputados y Senadores en las grandes decisiones, o brotan éstas de las cenas que organiza el Presidente en turno y a la que están invitados esos notables a los que Jean Paul Sartre (y los rusos y los chinos) solían llamar “La Nomenclatura”? ¿Por qué no existe registro periodístico o documental o histórico de las reuniones que realizó Carlos Salinas de Gortari con Carlos Monsiváis, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Víctor Flores Olea, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y Elena Poniatowska con miras al establecimiento del Conaculta y el FONCA? ¿Qué rol jugó García Márquez al fungir como emisario de Bill Clinton y Carlos Salinas de Gortari en las negociaciones con el gobierno de Fidel Castro que luego reventarían juntos –en su momento regiomontano- Jorge Castañeda y Vicente Fox? ¿Cómo le pagaron Salinas y Bill Clinton al famoso “Gabo” ese favor? ¿Qué acuerdos establecieron en sus cenas conjuntas Vicente Leñero, Julio Scherer y Carlos Salinas de Gortari? ¿Significó eso el otorgamiento de beneficios, patrocinios, facturaciones o dinero en cajas de zapatos para la revista Proceso? ¿Qué escuchó el fotógrafo Pedro Valtierra en la hoy famosa reunión de “La Muñeca Tetona”, que no aparece expuesto en esta película de 25 minutos dirigida por Osorno y Aldrete? ¿Qué beneficios obtuvieron –o siguen obteniendo hoy- los sobrevivientes de aquellas reuniones del Gobierno Mexicano con la élite cultural, como es el caso excepcional de Elena Poniatowska y Héctor Aguilar Camín? ¿Cómo se aplican hoy –en caso de que existan- las reuniones “a lo Muñeca Tetona” entre el equipo de Peña Nieto y el poder cultural y -de existir, lo cual es más que improbable- qué tipo de agenda observan? ¿El gobierno mexicano actual se halla en condiciones de pactar con personajes dados a la confrontación, como Paco Ignacio Taibo? ¿Se conforma el poder gubernamental en México hoy con ofrecerle cargos, becas, embajadas y reconocimientos a personajes como Jorge Volpi y Juan Villoro y nada más? ¿Tiene el grupo político que hoy vive su ocaso gubernamental alguna razón para convocar –en lo oscurito o a plena luz- a la intelectualidad de la Condesa, La Narvarte, Coyoacán o San Ángel? ¿Pueden ellos… ya de perdido conversar o simplemente convocar a un café con un bisquet? ¿Vistas las preguntas, tienen ustedes las respuestas?