Hoy jueves da comienzo la veda electoral. Sin embargo, hablar de una veda hoy resulta punto menos que insignificante, ya que el desarrollo exponencial e imparable de la comunicación por Internet no es propiedad de los “líderes de opinión”, y resulta incontrolable para las instituciones guardianas del orden electoral.
Por: Gabriel Contreras
Hoy jueves da comienzo la veda electoral. Se deduce de su presencia la suspensión de todo posible mitin, reunión pública, referencia a encuestas y acto de propaganda por parte de líderes de opinión y medios de comunicación. Eso está bien y hubiera sido operativo hace un par de décadas. Sin embargo, hablar de una veda hoy resulta punto menos que insignificante, ya que el desarrollo exponencial e imparable de la comunicación por Internet no es propiedad de los “líderes de opinión”, y resulta incontrolable para las instituciones guardianas del orden electoral.
Por ello, y en vista de que el ciudadano de a pie está en libertad de expresar su opinión a través de las redes sociales, nos hallamos a las puertas de un posible recrudecimiento de la guerra sucia, que podría manifestarse bajo el rostro simulado de la “opinión ciudadana”, y por tanto sería dueña de una plena y robusta legitimidad.
Esto quiere decir que nos hallamos nuevamente ante un horizonte de simulación, en el que las autoridades electorales vendrían a funcionar como meros cómplices o comparsas del caos.
Sin embargo, y a pesar de esta veda sin veda, el ajedrez electoral ya tiene fijadas sus posiciones. Y en eso no hay alteración posible. Ya sabemos quien es el puntero, quien puede dar pelea y quien ya es cosa muerta. Eso no cambiará de aquí al domingo. Pero viene lo más difícil: observar con atención las manos del mago, para que no desaparezcan o cambien de valencia boletas por aquí y por allá.
Suerte a todos los aspirantes, suerte a los votantes, y feliz primero de julio.