Una tarde de agosto en Granada tuve oportunidad de entrevistar a Jota, vocalista del grupo español Los Planetas. No hubo mucho trámite, Enrique Blanc, periodista musical, me ayudó a llegar a él para pactar una charla en esa ciudad andaluza. No tenían mucho de haber lanzado su disco Zona temporalmente autónoma y estaba dando mucho de que hablar en España, así que la entrevista me interesaba mucho para saber qué había detrás de ese disco que daba señales de ser toda una declaración de posturas sociales.
La charla fue muy amena y Jota me dio algunas respuestas por demás interesantes acerca de lo que ocurría con la industria musical y cómo esta iba en contra de la naturaleza del arte. Me emocionó pensar en el material que traía en mi grabadora y el cuál sería trasladado a palabras escritas y un texto para ser publicado en alguno de los medios donde colaboraba. Al regresar en México la sorpresa fue que nadie quiso la entrevista. No les interesaba. Ni siquiera a algunos medios relacionados con la música. Me sentí frustrado porque por esos días, a mi regreso, había conseguido también una entrevista con el escritor Alberto Ruy Sánchez y en el periódico donde escribía tampoco les interesó.
No estaba dispuesto a desechar ese material. Tenía que publicarlo de alguna manera y pensé en abrir un blog y subirlo ahí. Platicando con José Juan Zapata fue él quien me dijo que diéramos ese paso, que en lugar de abrir un blog mejor creáramos un portal donde pudiéramos escribir de lo que nosotros quisiéramos, pero con la responsabilidad y el rigor del periodismo profesional. Él estaba muy interesado en darle espacio a toda la música de Iberoamérica, y yo no podía estar menos de acuerdo. Así fue la decisión de comenzar con La Zona Sucia.
Siempre será importante hablar de música desde una perspectiva social y no meramente de entretenimiento. Porque es importante incentivar a los más jóvenes a escribir con rigor.
De eso han pasado ya tres años, y en este tiempo no hemos dejado de apostar por el buen periodismo musical y cultural en tiempos en que estos cada vez tienen menos espacio en los medios tradicionales. Esta apuesta genuina ha ayudado a que importantes plumas se hayan sumado al proyecto, que crean en él. ¿Por qué son importantes estos espacios? Porque siempre será importante hablar de música desde una perspectiva social y no meramente de entretenimiento. Porque es importante incentivar a los más jóvenes a escribir con rigor. Porque los músicos y las bandas necesitan ser analizados y criticados, no desde el señalamiento, sino desde la crítica constructiva. Porque es importante que la gente lea textos bien trabajados. Porque le música está presente en todo lo que hacemos, al igual que la cultura.
Escribir sobre música no es fácil ni simple, hay mucho de sociología y antropología en sus cimientos, además de las exigencias del periodismo. Y La Zona Sucia surge también como una respuesta a la ligereza de muchas páginas en redes sociales y su tendencia a criticar sin el más mínimo sentido del análisis, pero sí desde el poder del señalamiento obtuso. Una reivindicación de que sí se puede escribir de una manera seria sobre distintos géneros musicales, que van desde lo clásico hasta el trap pasando por las músicas tradicionales de distintas regiones.
La Zona Sucia es nuestra apuesta, pero en realidad, más que eso, es nuestro granito de arena para ofrecer contenidos distintos a los que predominan en la Red. Sí, sabemos que difícilmente seremos virales, pero eso no importa. No somos una página buscando “likes”, sino un puente entre público, creadores y actores de las diferentes escenas artísticas sin ser complacientes ni subestimar tanto al lector como al artista. Esto es La Zona Sucia, y ahora hemos cumplido tres años hablando y escribiendo sobre lo que otros no quieren hablar ni escribir. Gracias, en verdad muchas gracias a ti que estas leyendo esto, y a todos los que colaboran y se suman a esta apuesta.