Entre los siglos XVI al XIX existió un corredor comercial asociado a la minería al que se le llamó Camino Real de Tierra Adentro; iba de la Ciudad de México hasta Santa Fe, Nuevo México, en los Estados Unidos. Dicha vía conectaba distintas ciudades y propiciaba también un circuito cultural importante, pues no sólo circulaban valores materiales sino también usos y costumbres.
El concepto mismo de la ruta estaba asociado a la idea del viajero y el explorado, interesados siempre en ver que había allá… en tierra adentro. Aquel Camino Real pasaba por Pachuca (desde donde escribo) y hacía escala en Aguascalientes (ciudad de residencia de la Orquesta que nos ocupa). Lo imagino también siendo recorrido por ese trotamundos del arte musical, como lo es el guitarrista norteamericano Todd Clouser. ¡Vaya posibles conexiones!
Ni duda cabe que el arte y la cultura se nutren a través de ese espíritu de búsqueda que va propiciando hallazgos y encuentros. Pese a los escépticos, en el México actual siguen apareciendo joyas que encuentran la manera de ir circulando por los caminos reales de la información y la tecnología (que ya no trasladan plata, sino que están hechos de silicio y fibra óptica).
La Pingo´s Orquesta es un sexteto de Aguascalientes cuya amplitud de miras le permite abarcar un amplio registro de músicas posibles. La preponderancia de los alientos les permite aludir a la tradición balcánica que se ha ido posicionando en los últimos años, pero siempre con la libertad entera de apelar al jazz contemporáneo y abrevar de otras expresiones que pueden ir del folk al surf.
El grupo conducido por Gerardo Castmu ha sorprendido con una propuesta en la que la capacidad de ejecución se combina con arreglos creativos y ha ido elevando la calidad gradualmente. Ahí están el EP Música para domar monstruos (2018) y el álbum Peregrino (2017), en el que ya Clouser se ocupó de la producción y que les acarreó elogios de la crítica especializada, muy entusiasta ante un sonido difícil de encuadrar.
Para su nuevo proyecto han decidido elevar su involucramiento creativo y se reunieron en Testa Estudio, localizado en la ciudad de León, Guanajuato, para trabajar siete composiciones del músico nativo de Minneapolis y dos de la agrupación mexicana, que aportó “Canicas” y “Surf”, una pieza que expande su paleta sonora y eleva la energía.
El lugar donde coincidieron provocó que el disco se llamara Midwest/Bajío, pues Guanajuato pertenece a la región sociocultural que lleva dicho nombre (en español). Al final, la obra fue acogida por el sello norteamericano Ropeadope y está marcada por la influencia de los paisajes de todo ese corrector que va de México a los Estados Unidos. De hecho, esa conexión minera se evidencia en “Real de 14”, ese mítico pueblito que alguna vez explotó el mineral, pero que debe también su fama al consumo de peyote.
En temas como “Collective Memory”, “20 Bucks” y “Camión” se intersecta una atracción por la cultura popular de ambos países, una atenta mirada a la gente de esos estratos y una solvencia técnica que ofrece pasajes cercanos a las maneras incluso de la música clásica para saltar luego hacia el bluegrass, por mencionar dos ejemplos.
Midwest/Bajío seducirá a todos aquellos que busquen música exquisita que conozca de la capacidad de riesgo; aquí hay sobrado talento depositado y una actitud vitalista que se cuela en cada uno de sus 9 temas.