Uno siempre está en busca de encontrar algo que haga replantearse cuál puede ser la condición de filme único en la historia del cine, sin descendientes comparables, aunque hoy es complejo por la fuerza de las influencias que se pueden detectar en películas también muy especiales.
Es la misma reflexión que traigo para hablarles de esta excelente película, una cinta sorprendente, deslumbrante, atrevida en todo momento y, por encima de todo, con una estética cautivadora. Häxan (Benjamín Christensen, 1923), titulada en español como La brujería a través de los tiempos, trasciende las tendencias que el cine nórdico puso en práctica en aquel tiempo, lo cual también impide la inclusión del filme en cualquiera de los géneros codificados, incluso en estos días.
Dudes, no es propiamente una cinta de terror, tampoco documental y mucho menos se ajusta en su estructura a un recorrido más o menos lógico o coherente. De hecho el realizador se deja ir directamente a sus objetivos cinematográficos, no sólo asumiendo la abundante reflexión en off del relato (a través de subtítulos) sino aplicándose en ellos como si de un irónico apólogo moral se tratara. Esta cuenta alterna entre el pionero documental y el cuento de terror, lleva su dosis de escenas impactantes como el de una chica dando a luz a dos demonios, los instrumentos y torturas de la Inquisición, objetos y embrujos, brujas y víctimas. El director lanza todo con un enorme sentido de lo macabro, lo siniestro e incluso lo lascivo, con una serie de situaciones producto de la ficción inmediata, pero que todos sabemos que son escenificaciones, momentos, tragedias y situaciones que provocaron horror durante décadas.
La brujería a través de los tiempos es espléndida visualmente, fascinante en su recreación, lúcida en su grito de condena, voyeur a la hora de dar vida plástica a las ceremonias satánicas que escenifica con tanto atrevimiento como respeto a las leyendas que les sirvieron de base, y que supusieron los rasgos de mayor capacidad transgresora. Pero creo que la finalidad de la propuesta es erigirse como un solapado alegato moral teñido de permanente pesimismo. Plasma un símbolo que, en realidad, ha sido uno de los rasgos consustanciales a nuestra propia existencia como humanos. Hagan palomitas, compren unas bebidas y disfruten de esta obra, no defrauda nada. YouTube ofrece estas alternativas en una calidad buena, tomando en cuenta que es una cinta que está por cumplir cien años.
Best
La película fue redescubierta en los años sesenta cuando William S. Burroughs prestó su voz para narrar en off en algunos eventos nocturnos realizados en oscuros cineclubes.