jose garza tierra de cabritos
COLUMNAS   

Árido Reino


El vocalista de la banda de rock cabritos imprudentes se ubica en sus propias circunstancias y empieza el concierto

José Garza entiende, al igual que sus viejos maestros, que el periodismo es el mejor oficio del mundo, y que este se puede camuflar, mezclar con los diversos géneros literarios.

OPINIÓN

El periodismo como género literario

José Garza es periodista y en su juventud se desempeñó como reportero (aunque no ha dejado de serlo nunca). De su paso por los periódicos El Nacional, El Porvenir y El Norte, seleccionó 28 textos entre ensayos, crónicas y entrevistas, que fueron reunidos en un volumen que publicó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en su colección Periodismo Cultural; su primer libro. José Garza, junto con algunos otros colegas como Reyna Ramírez, Elvira Ramos, Mario Núñez, Gabriel Contreras, Marcela García Machuca, Albino Orpinel, Hernando Garza, Edmundo Derbez, Gerardo López Moya, Daniel de la Fuente, Rosa María Villarreal, David Torrez y María Luisa Medellín, “fundaron” en Monterrey un interés por el arte y la cultura que a partir de la década de los noventa (del siglo XX) llegó a momentos de efervescencia y atrajo hechos memorables que afortunadamente se rescataron en las páginas de los suplementos y secciones culturales de la época; y que desde otras trincheras (como institutos, museos y universidades) coordinadas por todo este ejercito de promoción cultural propiciaron y dieron siempre” la nota”. Si había eventos culturales en la ciudad te enterabas, porque los medios cubrían desde la lectura de un joven escritor o la exposición pictórica de alguien que apenas comenzaba hasta eventos de consagrados artistas y creadores regiomontanos o eventos de primerísimo nivel como la visita de un premio Nobel de literatura.

Con los años han visto a la luz dos libros más de Garza: Cuaderno de reportero (contextos y experiencias en torno al periodismo y sus fronteras) y Devotos del deicida (elogio a Gabriel García Márquez), lo cual se agradece. Y con un suspiro de lector de todos los géneros espero pronto leer las crónicas reunidas de Mario Núñez, las entrevistas de Daniel de la Fuente y la varia invención de Gerardo López Moya, una colección del periodismo como género literario no estaría mal. Desde aquí  la sugerencia para la UANL, desde donde ahora José Garza, como secretario de Extensión y Cultura, puede hacer realidad esos proyectos .

Deliciosos guisados

He aquí unas emociones nutritivas, seleccionadas  del ánimo reporteril mezclado con la inocencia de quien grabadora en mano se enfrenta al personaje admirado, al artista consumado o en ciernes  al loco con licencia.

“Soy sincera y cumplo lo que prometo”, confiesa Gloria Trevi, destapándose para futura presidenta de México, ante la presión del staff de la cantante que le indicaba que había que salir a dar ya el concierto.

“Soy adicto a mí”, exclamó tristemente Julio Galán y remató demandando atención. “Siento decepcionarlos pero yo no pedí que me pusieran atención”.

¿Dónde encuentro en Monterrey libros policíacos en inglés? Pregunta interesada Leonora Carrington (buscó en dos librerías pero no encontró en ninguna lo que buscaba) intentando contestar de donde sacaba su inspiración, más adelante afirmó que México no es un país surrealista sino un país fantástico.

“El principio del cambio está aquí, Pienso que en Monterrey hay un espíritu de cambio, no solo en torno a la iniciativa económica, sino también en la parte cultural”, declaró Octavio Paz, casi de incógnito pero no para un cazador de notas.

“¿En dónde está el pecado de hacer versos?», escribe Sor Juana en la denominada «Carta de Monterrey» (un documento de seis cuartillas) bautizada así por el sacerdote e historiador Aureliano Tapia Méndez su descubridor y que le confesara al reportero que la encontró dentro de  informes varios una caja que trajo a esta ciudad desde Cuernavaca en 1911 el arzobispo Francisco Plancarte.

Memoria del sol

La crónica no podía faltar y Garza va desde la catarsis mística de los devotos al Niño Fidencio en Espinazo, pasando por el ritual casi anónimo de fotografiar muertos en  Allende y repasando espacios de una ciudad cambiante como el Mesón Estrella y el mercado Juárez, cuidadoso con el lenguaje, algo que entendía desde antes, pero que entendió mejor cuando fue alumno de García Márquez. Sergio Ramírez, escribiría años más tarde sobre el autor lo siguiente: «Venimos a comprobar la verdad de estas dos afirmaciones: la literatura corre pareja al periodismo y viceversa, y ambos se prestan mutuos auxilios, que desde luego provienen del milagro constante de las palabras, sin las que nada existiría Y se prestan no solo a las tesituras del lenguaje bajo la sabiduría de la diferenciación de estilos, sino también las técnicas de la escritura que, de uno a otro género, se trasiegan según cada necesidad».

Garza ya lo ponía en claro en su Cuaderno de reportero (publicado en 1999), hallazgos teóricos y experiencias documentales aderezados con la pasión que le conocemos y reconocemos, que por cierto fue premiada este año otorgándole la Medalla al Mérito Cívico, presea del estado de Nuevo León, máximo reconocimiento que otorga el estado a sus ciudadanos destacados.

A lo largo de los años, hemos coincidido en el camino de la cultura y el arte , como universitarios muchas veces, como amigos más, como consumidores de arte en eventos otras tantas pero nunca olvidaré cuando fue mi guía turístico en Madrid, yo de vacaciones con mi esposa y él estudiando un máster de periodismo. Su carrera encaminada y encausada a la Universidad Autónoma de Nuevo León ha sido ascendente desde entonces, pero nunca abandonando su esencia: la del periodista escritor. José Garza, para no ir tan lejos en explicaciones, es el heredero de aquella ola humanista que nos legó nuestra alma mater.

Mirar la vida y preguntar

La portada del libro es una fotografía de Rodrigo Llaguno que muestra a tres niños, que sonríen como si les acabaran de despejar una duda y todos afirmaran felices ahora ya lo sabemos ¿qué tal si seguimos preguntando?.

Con el paso de los años, la manera de accesar la información ha cambiado pero eso no es preocupante si contamos con opiniones, visiones y reporteros como José Garza, que entienden, al igual que sus viejos maestros, que el periodismo es el mejor oficio del mundo, y que este se puede  camuflar, mezclar con los diversos géneros literarios. Mirar la vida y preguntarle es intrínseco a Garza, y los lectores de periódicos o de libros agradecemos que alguien comparta las respuestas que la vida le va dando.


José Garza
Tierra de Cabritos
Colección periodismo cultural
Consejo Nacional Parea la cultura y las Artes
1995