Cumplir con creces
Tres son los deberes de una institución educativa de nivel superior: la docencia, la investigación y la difusión cultural, y en este libro se puede constatar como la UANL (en sus inicios como Universidad de Nuevo León) ha sabido cumplir con estos tres rubros.
Creada en 1933 la universidad inició clases el 25 de septiembre de ese año, el primer rector fue el licenciado Héctor González y comenzaron a operar cinco facultades: Filosofía, Medicina, Derecho , Ingeniería, Química y Farmacia; tres escuelas: Normal, Bachilleres e Industrial Álvaro Obregón; y tres escuelas anexas: Enfermería, Obstetricia e Industrial Femenil Pablo Livas.
Hubo un intento de crear la Universidad Socialista en 1935 (cuando Lázaro Cárdenas gobernó al país) y la segunda universidad de Nuevo León (que nunca dejó sus actividades como un consejo de cultura superior) se conformó y se promulgaron sus estatutos en 1943.
Extensión universitaria
El departamento de extensión universitaria se creó el 13 de septiembre de 1943 bajo la dirección de Raúl Rangel Frías. En 1944 apareció la revista Armas y letras, primero como boletín y ahora como revista de literatura de nuestra universidad, y en 1946 la Escuela de Verano. El acervo bibliográfico que perteneció a Alfonso Reyes fue recuperado para la universidad en 1980 y en ese mismo año se inauguró la Capilla Alfonsina, donde desde entonces se resguarda.
La flama que nos alumbra
En el afán de transformarnos, acudimos a lo que terminamos llamando «alma mater». Yo quiero celebrarla alentando la llama humanista de la que fui contagiado en mi adolescencia al ingresar a la Preparatoria 15 Florida, el camino continuó como estudiante en FACPYA, la Facultad de Contaduría Pública, donde realicé mis estudios de licenciatura, y en la FAV, Facultad de Artes Visuales, donde estudié un posgrado, luego como catedrático en la FCC, Facultad de Ciencias de la Comunicación. Lo que aprendí, lo que entendí y lo que he compartí como alumno y como maestro en esta institución es parte integral de mi persona, y mi humilde contribución me enorgullece.
La vida universitaria
Escogí el camino correcto: escribir, tratar de sublimar la palabra y comunicar. Se me atravesó primero la revista Deslinde; después y ocasionalmente, la revista Armas y letras me dio espacio. Luego, algunas publicaciones en forma de libro, antes de una antología de mi obra poética llamada Portazo en la nariz de la musa, y, por supuesto, un espacio como columnista en Vida Universitaria, desde donde diviso el panorama, y en el que tengo más de 10 años de colaborar. Finalmente, el honor máximo a un artista y creador: Premio a las Artes 2005 en el área de «artes literarias». Toda una serie de acontecimientos afortunados, por supuesto coloreados de azul y amarillo.
Estoy siendo el que seré
Hace poco me enteré de que mi padre, ingeniero civil egresado de la Facultad de Ingeniería Civil, participo en la construcción del Estadio Universitario. Ahí, como hincha de Tigres, he gritado y celebrado algunos goles pasión equiparable a ver las caras de alumnos entusiastas después de impartirles una clase. Mi felicidad como producto tiene muchos nombres: el de mi padre ingeniero, que algo sabe sobre cimientos, y una cantidad voluminosa de maestros inolvidables a los que generalizaré cariñosamente llamándolos «alma mater».
Verdad alentadora
No es que los años pasen y sea obligación celebrarlos. Se celebran las ideas generadas desde Ciudad Universitaria y desde Mederos, se celebra la investigación y la creación de obras artísticas, se celebran las victorias deportivas, se celebra el conocimiento y la sabiduría. Todo esto suma y aporta, Y las familias, la sociedad, el país y el mundo lo agradecen.
Este libro es fundamental para quienes somos egresados o tenemos alguna relación con nuestra máxima casa de estudios. Conocer los orígenes, el desarrollo, la creación de carreras, espacios, departamentos, festivales, que le han agregado un valor especial a la vida social de este árido reino, nos enorgullece. Quiero pensar que una de las funciones de la literatura (cualquier literatura, ya sea de investigación o de ficción) es enorgullecernos. La excelente investigación hecha por Irma Margarita Pompa del Ángel confirma una verdad alentadora: una institución educativa firme y poderosa forma y conforma el alma de los que pasan por sus aulas.