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Briseño y Chávez-Teixeiro: los últimos leones

Guillermo Briseño y León Chávez-Teixeiro conforman una amistad que se fraguó hace cuatro décadas. Juntos emprenden ahora una nueva aventura llamada Ya no quedan muchos leones, un disco breve de ocho temas.

Conforman una amistad que se fraguó hace cuatro décadas. Juntos emprenden ahora una nueva aventura llamada Ya no quedan muchos leones, un disco breve de ocho temas como: «Me sentí muy hombre», «Andrea Fernández», «Ponciano Flores», «Iba volando», «María», «Vieja, gorda y callada», grabado en el lapso de un año. El cantante y pintor León Chávez-Teixeiro, a sus 83 años es residente de un pueblo inglés llamado Hill acompañado de su esposa, Felicity Laughton. Guillermo Briseño es maestro de la escuela “Rock a la palabra” y tiene en puerta otros discos una vez que concluya el paso itinerante de su compañero por México.

El disco lo sentí como una historia con diferentes capítulos y me llamaron la atención las canciones que tienen nombres de personas, como «María» o «Ponciano Flores», esta ultima su letra me desconcertó un poco.

LCT: Hablo de mi casa, fuimos cinco hijos con padres que vivían en una vecindad de la colonia Guerrero y era un cuarto muy pequeño. Después de pura chiripa se sacaron una rifa de casas sociales, una casa que se pagaba a diez pesos mensuales que resultó un dineral, fue un espacio con dos cuartitos, un bañito, cocinita. Vivíamos amontonados en uno y la canción habla de eso. Les puse nombre propio porque para mí es importante que se hable de una persona, una anónima, no un héroe ni un mártir, que nadie conoce. Es un cuento sobre una situación.

GB: Todo está en el mismo lugar, es una acumulación, no tiene por qué haber otro cuarto porque no queda de otra. Ahí los hijos pueden llegar a crecer, hasta que uno se vaya puede salir a la cárcel, al panteón o a la escuela. León está diciendo la verdad y está padre que sea una narración hasta cierto punto fantástica.

Me interesa tu historia en Inglaterra que finalmente se separó de la Unión Europea el 31 de enero, ¿me puedes contar sobre tus vínculos británicos?

LCT: Yo me fui allá porque me casé con una escocesa. Yo estaba viviendo en la Martín Carrera de la Ciudad de México y estábamos platicando de movimientos obreros y campesinos. Me interesaba acercarme a músicos que tuvieran esa tendencia y me acerqué a Briseño, una periodista argentina nos conecta, hago amistad con él, me invitan a esas reuniones y se da este movimiento. En ese proceso sucede algo muy importante que fue que la izquierda comienza a dividirse y una de ellas es la electoral. Por una situación económica complicada también es que decidí irme con mi compañera, apenas en 2016. Fuimos a Guadalajara y nos enfrentamos al antichilanguismo muy fuerte, pero me relacioné con gente muy interesante. Volví a la pintura, después de seis años vivimos la explosión de Guadalajara, fuera de lo común, luego vino el zapatismo. No pude dejar de estar en México, seis meses, cuatro meses. El Brexit es un proyecto de Estados Unidos de hacer alianza con Inglaterra porque es su aliado, porque es uno de los países que tiene bomba atómica junto con Francia. Trump quiere destrozar la Unión Europea, yo no estoy con sus jefes, ¡hijos de chingada!, pero sí con la unidad de todos los trabajadores de todos los países. Lo que va a pasar en Reino Unido es que van a bajar los niveles de vida, mucho del dinero de la “City” se va a ir a Europa. Y ya se están enojando Boris Johnson y Trump.

¿Cuál es el secreto de tu longevidad, León?

LCT: No comas pollo podrido (se ríe).

Lo digo porque yo acabo de cumplir 36 y todavía me planteo muchas cosas…

LCT: ¿Y te sientes grande?

No.

LCT: Porque estás apenas entrando al principio de la edad. Cuando tengas 40, espera, tú estás en la flor de la vida y te va a durar muchísimo. Mira, una de las cosas básicas es que tengas proyectos. Primero gente cercana, el afecto. Si yo vivo es porque me andan queriendo mis amigas, amigos, no agraviando a este cabrón (señala a Briseño). Mis parientes me sostienen de todo, en el corazón, el estómago, el hambre, y eso te da alegría y reproduce las células y es más difícil que te dé cáncer. Pero además esas amistades te dan un proyecto y esa idea de que hay que luchar, esta especie de humanismo contra la muerte y destrucción también es una razón de vida. Mientras tengas proyectos y gente querida alrededor -a menos que te caiga un rayo-. Yo he estado cerca de la muerte muchas veces. Mi compañera me ha cargado, las anteriores, mis cuates, mis hijos, mis proyectos y sentir que forman parte de algo que no te hace cada más estúpido ni te reduce el sentido de la vida.

Te lo digo porque conozco a más jóvenes que ya se sienten muertos en vida y tienen una actitud muy negativa…

GB: Algo les va a pasar, pero no se los deseamos.

LCT: Una cosa interesante es que este sistema capitalista de explotación aleja a toda la gente de la posibilidad de proyectos. Ningún trabajador en general tiene uno que no sea mas que ganar dinero para pagar las deudas. Tener un proyecto personal, utilizar tales cosas del mundo exterior, no tienen posibilidad, por eso están estupidizados. Y gustan de la diversión fácil y a punto de morir. Leí un dato curioso de que un porcentaje altísimo de hombres de 40 años no tienen erección y una incapacidad de relación sexual tremenda porque están totalmente enajenados, atemorizados y es terrible. ¡No es posible que llegues a esa edad y tengas esa inseguridad en tu persona y un desgaste moral! Eso es una destrucción en vida.

En cambio, yo leía en el artículo de una revista si es posible vivir sin amor…

GB: Pues es asunto de ellos, porque quienes lo tenemos nos damos cuenta que es un privilegio. Se puede porque cada gente es como una especie de víctima de la realidad, y sales mas o menos afectado. Por ejemplo, a lo largo de la vida han pasado cosas, hemos tenido otras compañías, otras parejas. De todas ellas estoy seguro que nos hicieron ser mejores, a vece duele. León conoce a mi compañera, tenemos un hijo de 14 años. Hay gente que presume de estar contento solo, ha habido momentos de mi vida que he estado así porque no hay quien me convenza, pero cuando llega alguien es: “aquí pasa algo que mejor lo vivimos juntos”. Imagínate León que pasa unos meses por México y que se quede ella allá al otro lado del mar. A mí no me separa el mar, pero sí 120 kilómetros porque mi mujer es poblana. La sensación es que pertenecemos a ellas y tarde que temprano nos vamos a volver a encontrar.

LCT: Es la felicidad de la compañía, yo creo que el amor tiene que ser libre, yo hice una pequeña canción que se llama «Amor libre», que es voluntario. Yo tengo casi 30 y tantos años con mi compañera y al mismo tiempo se da esta libertad de “te quiero más cuando te extraño”. Como decía Octavio Paz, también se extraña y se ama. Cuando la relación es a fuerza te agota y te mata. Una de las razones de la violencia, además de la economía y la incapacidad y el cansancio de la creatividad, es que la vida es muy encerrada y de una monotonía tremenda y acabas pegándole al otro. Si yo estuviera todo el día con Briseño acabaríamos de pleito. Cuando haces viaje con gente empiezan las broncas, se da un cambio de la rutina. Las parejas deben tratarse en ámbitos. Yo conozco mujeres y hombres que estas platicando con ellos y que les llama el marido o la mujer. El teléfono es ya una cadena.

Dado todo esto que estamos hablando, los vaivenes de la vida y de todas las dificultades, ¿cómo han hecho para mantener un equilibrio mental todos estos años?

LCT: El equilibrio mental te lo debo (risas).

GB: Mira, probablemente parte del equilibrio nos lo dan las parejas, los hijos. El desequilibrio es un patrimonio invaluable, el hecho de estar loco y seguir haciendo tus cosas y que se te ocurre otra, pero la cosa alrededor te abarca. Si solo estuvieras apaciguado porque tu mujer te tolera, estamos fritos, así aparecen las enfermedades. Ves cómo la gente se hace vieja comparándote con los compañeros de escuela. La otra es que estamos haciendo cosas, yo también tengo muchas, no me las puedo poner para este año. Lo que estamos haciendo sale con una mayor soltura. Lo que sigue de mi parte de cuando se vaya León es hacer un disco llamado De sirenas y otros monstruos y Ombligo de la luna y otro corto que no sé cómo se va a llamar, y sacar un libro que tengo que publicar: Música dicha, silencio intacto y otros elogios.  Todo eso es el equilibrio, la resistencia, la longevidad de la que preguntabas. Imagínate si puedo hacer el cuarto disco porque tengo que ir Gayoso a enterrarme a mí mismo, pues no es así.