Los fotógrafos son una pieza clave en la evolución de la música, son capaces de sacar al músico de su zona de confort, para mostrarlo en su carácter más natural y espontáneo.
Por: Itzel Guillen
Desde que era niña me encantaba coleccionar revistas; recuerdo que me sentaba en el patio trasero de la casa de mis abuelos, y las hojeaba durante horas. Me ponía a imaginar cómo eran las vidas de esas personas, y lo que hacían cuando no estaban bajo la mirada pública. Ahora, al recordar esto, solo puedo pensar en todos los momentos que se inmortalizan en una sola imagen, y la música no es la excepción.
La fotografía está ligada a la historia de la música desde hace décadas. Sin ella no sería posible que las nuevas generaciones tengan una visión a sucesos clave, que tuvieron gran impacto a nivel social y cultural. La función del fotógrafo en el ambiente musical, es captar la imagen en el momento correcto sin interrumpir la acción. Es parte de historias inéditas que muy pocos son afortunados de presenciar.
Hay imágenes que guardamos involuntariamente en el subconsciente, y que mayoría de las personas identifica. Tal es el caso de la foto de John Lennon con la playera de New York City, tomada en la azotea del piso que alquilaba años antes de su muerte, o las inolvidables portadas de discos como Queen II y London Calling de The Clash. Demuestra que la labor del fotógrafo, es de suma importancia para contar la historia de los músicos. Se adhieren a ellos como sombras, fotografiando sus conciertos, fiestas privadas o incluso sus tours más importantes.
Muchos fotógrafos como Bob Gruen, Mick Rock, Anton Corbijn y Kevin Cummins despegaron sus carreras artísticas casi al mismo tiempo, que las grandes bandas a las cuales inmortalizaron. Sin darse cuenta, estos estaban siendo parte, de los movimientos musicales más importantes de la historia.
En la década de los setentas, se capturaron las fotografías más icónicas del rock. En esta época, los músicos comenzaron a experimentar con nuevos sonidos, y se dio a conocer un nuevo estereotipo, más extravagante al artista convencional. Músicos como Debbie Harry, Alice Cooper, David Bowie y Freddie Mercury son una clara referencia de el cambio social y cultural que se llevó a cabo en ese entonces.
En lo personal, aún continuo con ese hábito que desarrollé en la infancia. Cuando escasea la inspiración, me gusta adentrarme en extensas búsquedas en la red. Hay fotografías de sucesos musicales, que cambiaron por completo la visión de su época, y al verlas me inyectan una energía indescriptible.
Los fotógrafos son una pieza clave en la evolución de la música, son capaces de sacar al músico de su zona de confort, para mostrarlo en su carácter más natural y espontáneo. Estos obtienen, imágenes simbólicas que trascienden a lo largo del tiempo. Y que a través de una narrativa visual, nos permite como espectadores reflexionar sobre eventos de los cuales no fuimos parte.
Gracias a estas sombras apasionadas la energía, la juventud y la esencia de los grandes astros del rock, queda plasmada para siempre. Se encarga de compartir historias, que la música no nos cuenta sobre el artista, y le brinda una carácter visual al sonido.