El 13 de enero de 1968 Johnny Cash entró a la prisión de Folsom, en California, para dar un concierto. Se trataba del primer evento de este tipo ofrecido dentro de una penitenciaría, pero habían tenido que pasar más de diez años desde la idea original para que Cash finalmente lo lograra. Nunca imaginó, ni tampoco el mundo de la música, que ese acto, la grabación de ese concierto, se convirtiera en todo un hito y un parteaguas en la carrera del cantante. El concierto significó una especie de redención para Cash y terminó por convertirlo en la figura del rebelde de Norteamérica, misma que remató en esa presentación incómoda frente al presidente Nixon.
50 años después un grupo vuelve a entrar a la prisión de Folsom a ofrecer un concierto. Se trata de Los Tigres del Norte, quienes el año pasado ingresaron a este reclusorio para llevar su música a los presos y aprovecharon para realizar un documental que será lanzado este septiembre por la cadena Netflix.
En un claro homenaje, Los Tigres del Norte acaban de lanzar una versión en español del tema “Folsom Prision Blues”, un clásico de Johnny Cash. Y cómo no iba a ser de esta forma si el antecedente lo tiene el “Men in Black”. Lo más interesante de esto es que Los Tigres del Norte han logrado dar un paso muy importante musical y socialmente hablando. Si bien es una gran idea, para el público popular mexicano la figura de Cash no dice mucho, lo cual le da méritos a los hermanos Hernández por haber elegido algo que enriquecerá su carrera más allá de lo comercial. Esto no es nuevo. Para su Unplugged con la cadena MTV el primer sencillo fue con Zach de la Rocha, de Rage Against The Machine, como invitado, lo cual habla de un compromiso social por parte del grupo.
De los artistas latinoamericanos, ¿quién más podría homenajear a Johnny Cash? Tal vez nunca lo habíamos pensado, pero ahora que sucede la respuesta es obvia porque hay muchas similitudes entre la obra de Cash y la interpretada por Los Tigres. Ambos le han hablado a los “que están perdidos, olvidados e impotentes”; los del norte lo han hecho especialmente con la comunidad de migrantes en Estados Unidos. Pero además ambos artistas han logrado representar el corazón popular de toda una cultura. Cash en su momento fue el reflejo de esa otro Estados Unidos, Los Tigres del Norte son reflejo de ese otro México, el que está alejado de lo exótico y más cercano de la realidad dramática de un país. Ambos lo han hecho a través de la música popular, la que no requiere tantos adornos y prefiere hablar claro y conciso.
Tampoco es casualidad que se haya escogido a este grupo para realizar un nuevo concierto en la prisión de Folsom si tomamos en cuenta que el 43% de la ocupación carcelaria en Estados Unidos está integrado por latinos y latinas. La versión de Los Tigres del Norte llega en un momento importante en el cual se le sigue criminalizando al migrante, incluso a través del discurso oficial. La reciente tragedia en Texas da prueba de ello, por eso el mensaje que dan al ir a tocar para los presos en Folsom, muchos de ellos latinos, tiene una trascendencia considerable
Ahora, ¿por qué considerar un nuevo concierto en una prisión? Por que eso humaniza diversas problemáticas sociales, y, a través de la música, Los Tigres del Norte lo están haciendo. No están haciendo apología, tampoco están volteando hacia otro lado. Los olvidados, los presos, los que no tienen voz ni libertad, nos guste o no nos guste, son parte de esta misma sociedad. Los Tigres siguen con ese propósito, consciente o inconsciente, de mostrarnos esa otra parte, la menos colorida, como lo han hecho con «La jaula de oro», «La camioneta gris», «César Chávez» y muchos temas más.
Hay expectativa por este disco en vivo en Folsom para ver hasta dónde llega y que fenómeno social nuevo puede causar la música de los Tigres del Norte. Por lo pronto, este primer sencillo sale con creces, producido por Santaolalla y Kerpel, y logra hacer sonar a unos Tigres con identidad propia al intentar algo diferente y eso se aplaude.