Uno de los sucesos musicales de inicios de los años noventa en México es el primer Romance de Luis Miguel (1991). Si en los años previos ya era una figura de renombre en el mundo de la balada, con Romance pasó a ocupar un lugar fijo en la cultura nacional. Y lo hizo empleando uno de las estrategias más comunes de la música pop: el reciclaje del pasado. En este caso, el legado del bolero de los años cuarenta y cincuenta. En este disco Luis Miguel conectó con el alma nacional de una manera profunda. Es una obra que traspasa generaciones, clases sociales y mentalidades.
Más allá de su significación cultural, en cuanto a sonido Romance es un disco que no guarda demasiadas sorpresas. A pesar del concepto revival, el sonido mantiene y expande el estilo que había patentado Luis Miguel sobre todo en su trilogía inicial en la disquera Wea. Así, hay mucho funk («Inolvidable», «Cuando vuelva a tu lado») y arreglos de balada lacrimógenos (de la mano de Bebu Silvetti). Todo a cargo del rooster de monstruos jazzísticos que participaron en la grabación (Abraham Laboriel Sr., Carlos Vega, Grant Geissman), otra marca de la casa en El Sol. Quizá el toque retro aparece más en los detalles: en las deliciosas percusiones de Luis Conte y en la participación de Chamín Correa de Los Tres Caballeros con su requinto en “La barca” y “Mucho corazón”. Aún así, el primer Romance marcó la pauta sonora que habrían de tener las grabaciones que se apuntaron a este revival en los años noventa.
Más allá de un mero homenaje al bolero la curaduría de Romance (¿Armando Manzanero, Hugo López, el propio Luis Miguel?) va un poco más allá y pareciera ser un homenaje a Lucho Gatica, actor y bolerista chileno que alcanzara gran éxito en el México de los años cincuenta. Varios de los temas de Romance fueron clásicos en voz de Gatica: “No me platiques más”, “La puerta”, “Contigo a la distancia”, “La barca”. De hecho el chileno acompañó a Luis Miguel en algunas presentaciones en vivo de la época, remarcando ese carácter de tributo.
Otra parte de Romance apunta al Caribe: “Mucho corazón” es un clásico del cubano Benny Moré, y hay un par de temas que resuenan con la voz del puertorriqueño Tito Rodríguez: “Inolvidable” y “Cómo”, éste último autoría del argentino Chico Novarro. Manzanero aprovechó su participación como productor y anotó uno de sus clásicos (“Te extraño”) y un tema reciente que fue elegido como sencillo (“No sé tú”). La voz de Luis Miguel se encargaría del resto. No poca cosa.
En esta playlist presentamos una selección de las versiones originales que configuraron el tracklist de este disco ya clásico de la música mexicana, y que volvió a cobrar notoriedad con la serie de Luis Miguel que recién terminó su emisión en Netflix: