El rock y la literatura muchas veces han ido de la mano, ya sea que la música haya influenciado a escritores a la hora de escribir sus obras, o músicos que han sido inspirados al por algunos libros al componer canciones. Es una relación que ya tiene muchos antecedentes y ejemplos en ambos sentidos.
Aquí en México no solo algunos grupos como Santa Sabina, Café Tacvba o Botellita de Jerez han utilizado la literatura como fuente creativa, sino que escritores como José Agustín o Parménides García Saldaña han hecho del rock un elemento fundamental de su literatura. Ninguno de ellos dos, reconocidos como los precursores de la literatura de La Onda, pueden entenderse por completo sin el rock. En sus obras constantemente está presente la música.
Recientemente han sido publicados algunos libros de ambos, como El Rey Criollo (Planeta), de Parménides y Hotel de corazones solitarios (Grijalvo) de José Agustín, donde se hace una recopilación de textos sobre música y cultura popular.
Si hablamos de la novela rock, es decir, aquella donde algunos personajes son músicos o forman parte de alguna banda, es justo decir que Joselo Rangel es quien más activo ha estado, sobre todo con la reciente publicación de su novela Los Desesperados, una historia que gira en torno a una banda de rock.
Al margen de la ficción, el rock nacional continúa encontrando en los libros un espacio para contar su historia, como es el caso de los tomos de 60 años del rock en México (Ediciones B) del Sr. González, primer libro que trata de abarcar todo el rock nacional a través de sus bandas desde los inicios de éste. O el libro de David Cortés Arce y Alejandro González Castillo donde se dan a la tarea de juntar una lista de los 100 discos fundamentales del rock nacional.
Incluso algunos sellos discográficos han hecho también una especie de apuesta por el lado editorial, como sucede con Pentagrama, que ha editado discos importantes del cancionero urbano, folk y rock nacional y quienes ahora presentan un libro sobre Rockdrigo González, mejor conocido como El Profeta del Nopal, uno de los compositores más importantes en la historia de la canción nacional.
Aquí en la ciudad de Monterrey comienzan a aparecer algunos documentos que tienen relevancia al tratar de contar diversas partes del rock regio. Historias del rock en Monterrey (CONARTE), es el libro del maestro Andrés Mendoza en el que, a partir de testimonios, entrevistas y memorias, escribe sobre algunas de las bandas, músicos y personajes que son y han sido parte del movimiento rockero en la ciudad.
Todo ello es historia que nos sirve para entender mejor nuestro entorno, pues no hay momento que no haya sido acompañando por música y músicos. El rock en México ha sido una expresión de contrastes sociales que ha sido testigo del paso de la otra historia, la no oficial, porque en México eso ha sido en gran parte el rock: una historia no oficial. Y parte de todo ello estará presente en la próxima UANLeer, la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Nuevo León, para platicarse y discutirse del 13 al 17 de marzo acompañados por músicos y periodistas musicales de México. Porque si la cultura es aquello que nos define y nos da identidad, entonces es buen momento para recordad esa vieja máxima nacional de que “El rock es cultura”.