C.O.C. en diferentes momentos ayudó a forjar géneros como el crossover y el sludge, y es una banda que supo reinventarse en el muchas veces predecible mundo del metal.
Por: Leo Torres
El pasado viernes pisaron terreno regiomontano los estadounidenses Corrosion of Conformity, mejor conocidos como C.O.C. Una de esas bandas que te pueden ayudar a trazar puntos específicos dentro de un todo. En ese trazo se les puede rastrear en la escena hardcore/crossover de los ochenta, en el boom del stoner y el metal alternativo, o sentando las bases del sludge metal. Una banda que por la vía de la música extrema transita entre aires sureños que remiten a ese sonido meramente estadounidense por lo largo y ancho de su discografía.
Para esta gira donde promocionan su más reciente material No Cross No Crown se reincorpora después de varios años una pieza fundamental en la carrera de la banda, el guitarrista/vocalista Pepper Kennan, que si bien no es uno de sus miembros originales sí es el referente principal de la banda.
La noche comenzó con Tres Cabrones, una banda local con un set firme que invitó a los primeros asistentes a quedarse atentos a su música. Continuó Maligno, la banda referente del stoner regiomontano con un set sólido, sonando bien y haciendo lo que saben. En el escenario se nota la experiencia de los cuatro álbumes y sus casi 15 años de carrera. Si bien ya no son el combo que fueron con Zef Vega e Iván Tamez en las guitarras, han sabido darle continuidad al proyecto y ajustarse al gusto de su público.
Maligno como buen telonero dejó el escenario a punto para C.O.C, que comenzó a tocar sólo con el bajista Mike Dean y el baterista suplente de Reed Mullin (quien se recuperaba de una operación de rodilla) en el escenario. La gente todavía no entendía si seguían haciendo pruebas de sonido porque la potencia ya no era la de un soundcheck, y ese riff espeso, lento y potente ya llenaba el recinto. La incertidumbre pasó cuando Pepper Kennan y Woody Weatherman salieron al escenario, se pusieron las guitarras y ese espesor sonoro resultó ser el intro de “Bottom Feeder” que reventó en los amplificadores y los oídos de los asistentes.
El sonido comenzó con algunos problemas pero quedó a punto a partir de la segunda canción. “The Luditte” fue la primera selección del disco que ahora promocionan y “Senor Limpio” “Broken Man” y “Long Whip/Big America” entre otras, sonaron en lo que fue un repaso por sus discos de mayor audiencia. Los años de ausencia de Pepper Kennan se hicieron notar cuando el staff en diferentes ocasiones le llevó hojas con anotaciones y apuntes escritos para recordar las canciones. Aún con eso, el dominio de Kennan en el escenario es notable y la conexión de la banda con el publico no se queda atrás. La parte álgida de la noche llegó con “Vote With a Bullet” y “Albatross” para cerrar el set y regresar a manera de encore con una versión extendida de “Clean My Wounds” en lo que pareció ser una improvisación/jam de 15 minutos en dónde se les vio divertirse en el escenario.
En un balance general la visita de Corrosion of Conformity fue afortunada, salimos de ahí con eso que se siente después de un momento importante. Quizá el único factor negativo fue la pobre asistencia; los comentarios sobre la baja asistencia se repitieron a lo largo de la noche y no es de sorprender ya que enfrente teníamos a una banda que en su evolución ayudó a forjar en diferentes momentos géneros como el crossover y el sludge, una banda que supo reinventarse en el muchas veces predecible mundo del metal.