Domingo de clásicos
Últimamente paso horas en mi pequeña terraza porque extraño el cochambre del exterior. Vivir encerrado aturde, desubica. El balcón es mi único punto de escape, mi contacto con la calle, desde un segundo piso.
Últimamente paso horas en mi pequeña terraza porque extraño el cochambre del exterior. Vivir encerrado aturde, desubica. El balcón es mi único punto de escape, mi contacto con la calle, desde un segundo piso.
Por ahora el live es lo que tenemos, tanto músicos como público, para ocupar el espacio de la música en vivo. Hacer uso de ellos es una manera de estar activos, de estar presentes y adaptarse a una nueva realidad, que aunque pueda ser pasajera, es nuestra realidad actual.
No sé si la poesía de Andrés Montes de Oca está acompañada por la tristeza o si la tristeza acompaña a su poesía, lo que sí entiendo es que en los cronómetros del corazón ese sentimiento debe de ser breve, para que se añeje, para que se convierta en poema.
Catalogada como uno de las primeras películas gore, la obra que les presento hoy, es una rareza que se estrenó en tiempos que de verdad se filmaban rarezas sin que chillara nadie, y su singularidad es tal que la hace destacar.
Vivimos en una sociedad alcohólica, y la cerveza es la droga pop por excelencia. Imagino un paisaje apocalíptico: ¿qué va a sucederle a los millones de bebedores que haya regados por ahí cuando llegue el día en que la cerveza se acabe?
Me hará muy feliz cuando se anuncie, porque significará que nuevamente podemos salir a la calle, que nuevamente podemos recuperar nuestro espacio en la ciudad y nuestros espacios públicos.
Una ciudad para vivir (1991), libro compilado por Alfonso Rangel Guerra, es la conciencia de la ciudad narrada por propios y extraños que dan a conocer sus diferentes rostros desde el siglo XVII hasta el siglo XX.
Sabía que era mejor no salir de casa, pero alguien dentro de mí lo exigía: deshazte del lazo que traes en el gañote y corre agitando el hocico por las praderas. “Pronto no podrás hacerlo más”, pensaba.
En estos días muchos músicos han aprovechado para compartir su trabajo en distintas plataformas digitales. Sin embargo, son ellas quienes siguen ganando, no los artistas. Ninguna de ellas, salvo Bandcamp, ha modificado los porcentajes de ganancia ni han aplicado alguna medida que ayude a los creadores.
Xorge González se sentó a la orilla del tiempo y desde ahí escribió, luego guardó silencio. Hoy retorna como las conspiraciones, como el polvo, como los estereotipos, como la poesía, y nos recuerda que la vida, otra vez la vida, tiene que ser un diálogo.
Les voy a recomendar tres filmes que son de mis favoritos para no dejar pasar el asunto que nos tiene a todos en casa, así que si no están cagados de miedo y si no les afecta los ánimos, acá les van.
Estamos en tiempos de retos enormes para la industria musical. Por eso, tanto las plataformas digitales, como artistas y público, tenemos que buscar nuevas formas de consumo.